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A él le gustaba jugar con fuego. Desde que empezó a trabajar para mí siempre ha sido así, con esa sonrisa aniñada y esos ojitos que contenían galaxias cada vez que se emocionaba, haciéndolo ver como alguien puro e inocente.

-El gerente Kang canceló la reunión de hoy debido a la tormenta cerca del aeropuerto de Busan.

Nuestras miradas se conectaron luego de aquel informe innecesario. Él ya me había enviado un e-mail reportando el caso específicamente, yo le había respondido y no había necesidad de que llegara a mi oficina a esta hora de la mañana.
Hoy su camisa se encontraba desabotonada en los dos primeros botones, por ende no había corbata y tenía una magnífica vista de su piel acanelada.

Estás jugando sucio.

Taehyung siempre había generado en mí ese deseo primitivo cada vez que lo veía, obviamente nunca pasamos de miradas incitativas o roces innecesarios, pero siempre había esa exquisita tensión en nuestros encuentros, una tensión que fue creciendo con el tiempo y se me hacía más difícil de lidiar.

-¿Es todo?

Él asintió quedamente e hizo el ademán de querer acercarse a mi escritorio- Necesito que reúnas información de las cuentas bancarias de nuestros aliados bajos, no quiero deudas, tampoco moras, rompe conexiones con los que las tengan y quiero el informe antes de que te vayas ¿Entendido?

Me miró incrédulo y yo quise reír por su cara cuando interrumpí su plan de acercarse. Ese juego lo podíamos manejar ambos.

-Está bien, señor Jeon- su tono de voz era relajada y su expresión facial regresó a una serena y fresca.

Se dirigió hacia la puerta y mi mirada inevitablemente se desvió a su trasero, dios casi me siento un pervertido.

El sonido de mi teléfono hizo que me recompusiera y dejará aquellos pensamientos que hacían débil a mi pequeño yo.

-¿Diga?

-Estoy camino a tu oficina, espérame con un café.

Rubí ☆kvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora