Tengo puestos unos grilletes que me impiden moverme, estoy atado con cadenas que me impiden sacar mi verdadera naturaleza, y todo por unas promesas y personas a las cuales no quiero abandonar.
Recibir daño cuando lo único que quieres es dañar a tu atacante, aguantar los golpes por no sacar el demonio que guardas dentro, soportar abusos por no manchar mis manos de rojo carmesí de nuevo y solo para no pagar las consecuencias de mis actos y que no me alejen de esas personas. Sus pecados fueron pagados, sus almas fueron sentenciadas, pero eso no limpia la escena que dejaron manchada, eso no reparara el alma que quebraron y que se negara a olvidar lo ocurrido, eso no aliviara el dolor causado.Me siento sucio, manchado, roto, a dolorido y todo por personas que no entienden mi mente distinta.
Estoy comenzando a odiar mas a los humanos y a amar mas a mis demonios.
Y así es como termina el mundo, no con un estallido sino con un suspiro.
