Hugh Jackaman es el tipo de novio al que le gusta sorprenderte vistiéndose con los disfraces de sus películas por las noches (sobre todo con el de Lobezno) *inserta emoji de la luna pervertida*
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Oigo los pasos de Hugh en la habitación de al lado, no sé que demonios estará haciendo. No le doy importancia, y vuelvo a mirarme al espejo mientras me desmaquillo despues de un largo y agotador día.
Interrumpo mi tarea, olisqueando el aire. Huele a... ¿Tabaco? Me levanto, indignada, y busco a Hugh en todas las habitaciones para cantarle las cuarenta.
- Hugh, ¿Cuántas veces tengo que decirte que no puedes fumar dentro de-- Oh.
Al llegar a la cocina, mi voz se corta y suelto un suave gemido al ver lo que tengo delante: él está sentado frente a mi, con un vaso lleno de whisky delante y un puro en la boca. Lleva puesta una camiseta blanca de tirantes, una chaqueta de cuero marrón y unos vaqueros oscuros, con el pelo peinado hacia detrás cuidadosamente.
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- ¿Qué decías, nena?
Me quedo mirandole en silencio: ya ha hecho esto de disfrazarse más veces, pero no puedo evitar flipar cada vez que le veo así. Una sonrisa se cuela en mis labios y me acerco a él con paso decidido. Le quito el puro de la boca y le pego una calada, mientras él me mira de arriba a abajo. Sentandome sobre sus piernas, apago el puro en un cenicero que está a mi lado y hecho el humo por la nariz.
- Así que tenemos visita... - digo acercandome peligrosamente a su boca - Es un placer tenerle aquí, señor Logan. Intentaré tratarle lo mejor que pueda...
Me deshago de su chaqueta, pasando las manos por sus fuertes y tensos músculos. Hugh (en este caso, Logan) estira el cuello para poder besarme, pero sigo tentandole y me separo en el último segundo.
- Como te gusta hacerme sufrir, ¿eh? - sujeta mi rostro entre sus fuertes manos y une nuestros labios en un ferviente y pasional beso. Esto promete.
