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—Max –me mira a los ojos, yo solo estoy sentado en el borde de la pseudo piscina con los pies en el agua, sin camisa y con el pantalón doblado hasta las rodillas–. ¿Qué piensas de mí?

—Ya te dije, creo que eres bonita.

—No es eso, me refiero a tu opinión de mí como persona, es decir, nos conocemos desde hace un día, ¿has hecho cosas como estas con personas que conoces de hace un día?

—No, nunca.

—¿Piensas que soy una chica fácil?

No, pienso que yo soy el chico fácil, es decir, esta chica me tiene comiendo prácticamente de la palma de su mano, en un día logró que yo durmiera con ella y que me quitara la camisa, viéndolo desde otro ángulo ella también durmió conmigo y ahora está en ropa interior, pero fue su decisión, ¿en dónde está mi merito? Aunque, siendo honestos, en esta situación no sé quién queda peor parado.

—No... creo que las cosas simplemente se dieron así, digo, conociste a un chico que está dispuesto a seguirte el juego y yo conocí una chica que juega bastante, no creo que seas una chica fácil, Nica, creo que eres única. U-Nica.

Ok, chiste malo al terminar una frase que según yo sería increíble, típico Max. Sin embargo ella río un poco.

—Muchas gracias, Max. Pero honestamente, a veces me siento así. Siempre fui de esas chicas que veían a un chico y pensaban en muchas cosas que podríamos hacer juntos, cosas divertidas, el problema es que cuando los chicos me veían solo pensaban en qué harían conmigo si me tuvieran en su cama. Y siendo como soy, muchos creían que yo era una chica fácil, así que cuando mis padres y yo nos mudamos empecé a aparentar ser un chico, era bastante callada y si veía a un chico que me gustaba solo le hablaba y ya, pero no me veía con lujuria porque ya no había nada en mí que la inspirara, pero ellos ya no tenían interés. Y no lo entiendo. ¡No tengo un cuerpo de modelo! Entonces, ¡¿qué rayos?! Y, no lo sé... quizá solo me puse algo paranoica, aunque me gustó como me veía como chico... honestamente si me daba.

Reí a carcajadas, no me estaba burlando de ella, sino de sus gestos mientras me contaba su historia... es decir que me estaba burlando de ella, por lo que rápidamente intenté corregir.

—Entonces, ¿querías verte como un chico para que nadie quisiera acostarse contigo?

—Básicamente, sí.

—Entonces, ¿cómo es que yo sé que eres una chica después de un día de conocerte?

—Porque, después del pulso, todos estaba muy tristes, tú estabas algo normal, así que creí que eras raro como yo.

—¿Raro?

—Raro tipo "voy a ir al bosque junto a una chica que acabo de conocer" además, me seguías el juego, y por tu forma de reaccionar me di cuenta de que esta vez el tímido eras tú.

—Un momento, dijiste que le hablabas a quien te gustaba. ¿Yo te gusto?

Ella me salpicó agua en la cara, mojó algo de mi pantalón, cosa que me hizo enojar un poco pero ella solo se reía.

—Creo que eso es un poco obvio a estas alturas.

—¿Cómo te puede gustar alguien a quien acabas de conocer?

—Se llama atracción física, me gustó tu pelo castaño, tus ojos negros, tu tez pálida, esas ojeras, eres de mi estatura y eso es lindo, y vistes como si te diera igual, me gustó esa imagen, ahora solo falta que me guste la persona, y en ti veo algo especial... como un compañero de aventuras.

—¿Cómo?

—Alguien que viene a mi cueva y se pone a nadar.

Debido a traumas del pasado... solo uso bóxer de colores planos, nada revelador, nada que avergüence. El calor en mis mejillas subiendo, el frío recorriendo mi espalda, por primera vez una chica me vería en ropa interior, bueno, ya he ido antes a un balneario pero nunca enfrente de una chica que conociera y fuera la única de todo el lugar... que fuera Nica. Me quité el pantalón lo menos accidentado que pude y me metí a nadar junto a ella, me tomó entre sus brazos y puso mi frente con la suya.

La Muerte de Todas las Cosas BellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora