Respiro hondo antes de lanzar una última estocada. Mi espada impacta contra el cuerpo del maniquí de madera, infringiéndole un golpe lo suficientemente fuerte como para hacerle sangrar si estuviera vivo.
Me paso una mano por la frente para quitarme el sudor mientras miro al oscuro cielo. Después de ayudar a Dalia a aprenderse todas las Casas Nobles de Snada, me escapé para irme a entrenar yo sola. He estado aquí desde entonces, practicando con el arco, la daga y la espada; repasando todos los movimientos nuevos que nos ha estado enseñando Jinu en las últimas semanas. Dejo la espada en su lugar con el sonido de unas pisadas acompañándome. Suelto un largo suspiro y también guardo el maniquí.
Las pisadas vuelven a escucharse en el campo de entrenamiento. Levanto la cabeza, alerta, y busco el lugar del que proceden. Las antorchas del interior del castillo d'Orson derraman su amarillenta luz sobre la gran explanada, pero ni la luna consigue iluminar el bosque que se extiende más allá de la puerta del campo, donde esta mañana he entrenado con el Equipo Fuego. Entrecierro los ojos mientras trato de distinguir la lejanía; advertir algún peligro que se esconda tras los muros de piedra. Mi cabello, lentamente, pasa de castaño a un suave color caramelo, y más tarde a rubio. La gama de colores claros —desde el platino casi blanco hasta el dorado color del trigo— aparece cada vez que estoy en tensión, alerta.
O asustada.
Agarro una de las espadas con las que he estado practicando en las últimas horas y avanzo hacia delante. Pero por una vez el instinto me falla; las pisadas vuelven a repetirse, esta vez a mi espalda.
Giro rápidamente y centro la mirada en una de las ventanas del d'Orson que dan al campo de entrenamiento. Una figura, vestida totalmente de negro, sale sigilosamente del castillo por el gran ventanal abierto. Lleva una capucha que le cubre todo el rostro, impidiéndome ver quién es. La figura se coloca bien la capa sin reparar en mí y echa a andar con rapidez hacia uno de los laterales del castillo. Le sigo. Con la espada cerca de mi cuerpo corro detrás de la sombra en silencio, manteniéndome siempre en la oscuridad. Salto con agilidad un par de obstáculos que hay en el suelo, y me camuflo cuando la figura se da la vuelta para ver si alguien le sigue. Se queda unos segundos totalmente congelado, su oscura capucha moviéndose de un lado a otro con lentitud, su conocido cuerpo en tensión, y de repente echa a correr de nuevo al ver que no hay nadie más que él. Mantengo la espalda pegada al contrafuerte tras el que me he escondido con la respiración acelerada mientras varias gotas de sudor se deslizan por mi frente, esperando al momento perfecto para salir de mi escondrijo. Pero cuando miro hacia el frente, la figura ha desaparecido.
¿Quién será? Y lo más importante: ¿es un peligro? Por su constitución parecía un hombre, y por la forma en la que ha salido de d'Orson debía conocerse el castillo a la perfección, con todos sus secretos y misterios. Suelto un gruñido y dejo caer el brazo con el que sujeto mi arma. Había algo en él que me resultaba... familiar. Sacudo la cabeza y echo a andar hacia el campo de entrenamiento, intentando quitarme la preocupación de encima.
Después de haber guardado todo en su sitio, entro dentro del castillo. Los guardias junto a la puerta hacen una reverencia al verme, y cuando les doy la espalda se lanzan una rápida mirada al percatarse de que han dejado a la princesa sin protección. Les ignoro. Mi cabeza sigue dando vueltas y vueltas a esa figura encapuchada que huía.
Sin darme cuenta, llego a la planta donde están todas las habitaciones de la familia real. Me dirijo a mi cuarto —situado entre el de Kerim y el de Dalia y frente al de Noil—, pero la suave luz que se escapa de los aposentos de mi hermano pequeño me llama la atención. Me acerco silenciosamente y me apoyo en el marco de la puerta con una sonrisa bailando en mi rostro. Mi cabello cambia de color hasta llegar a un relajado marrón oscuro a medida que observo más a mi padre y a Noil, sentados ambos en la cama de mi hermano, sosteniendo entre los dos un libro de cuentos.
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Brillante Bahía {LS#2}
Fantasía*Es necesario leer La Sirena 1 (Oscura Melodía) NOVELA EN PAUSA Los oscuros han sido descubiertos, pero la paz en Iannika todavía no se ha encontrado. Tras la muerte del rey Tyto, su hijo Skairson y su esposa, la princesa Arcadia, subieron al poder...