(III)

22 3 1
                                    

"Libérame de este infierno."


Los grandes ventanales me proporcionan la mejor de las vistas.

Los pocos rayos de sol que quedaban se volcaron entre los altos edificios de Seúl.

Esta era mi sala de ensayo favorita, puesto que la ventana era opaca, por lo que yo podía verlo todo sin que nadie me viera a mí.

No quería que nadie me viera.

Toda la ciudad se sumió bajo los cálidos colores del rojo, naranja y amarillo, con ciertos toques de rosa en alguna parte.

Me gustaba como se veía la ciudad a esta hora, porque era como si se viera la verdad de esta. Se veía el verdadero infierno que era, con su población como los demonios que en verdad eran.

Mirando aquellas luces sentía que me encontraba en otra parte, en otro universo, en una realidad alternativa.

En ese mundo todo era perfecto, incluso yo.

Soñaba que podía ser perfecto.

Soñaba.

Pero luego despertaba.






Macabre DancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora