(II)

30 3 2
                                    


"Es interminable, incluso si trato de correr.

He caído en una mentira."




No paré aun cuando tropecé.

Conseguí mantener el equilibrio y estabilizarme en cuestión de segundos.

Continué bailando.

Incluso cuando mi respiración se entrecortaba y sentía la falta de aire.

Incluso cuando todo me comenzó a dar vueltas.

Seguí bailando.

La sala de prácticas se iba oscureciendo poco a poco debido al ocaso.

Escuché la voz de Hoseok hyung por encima de la música, llamándome. Pero yo no paré. Me llamó de nuevo, un poco más desesperado.

No paré de bailar hasta que paró la música y me perdí en los tiempos.

Me giré jadeando y lo miré a la cara, aunque no lo hice a los ojos, no me atrevía a hacerlo.

"Vayámonos a casa, Jimin"

Habló serio y decidido, cogiendo mi brazo y tirando de él hacia mí para sacarme de allí. Pero yo hice fuerza y luché para quedarme.

Planté con mas fuerza mis pies en el suelo cuando Hoseok dio el segundo tirón.

La sonrisa que siempre le acompañaba se había borrado. Ya no era J-Hope, el chico alegre que hacía reír a todos y que se comportaba como el hermano travieso que nunca había tenido. Ahora era Hoseok, su amigo que se preocupaba por él y que estaba decidido en llevarlo a casa para descansar.

No me gustaba verle así. No me gustaba verle preocupado.

Pero tampoco me podía ir, tenía que seguir practicando.

En un suspiro Hoseok suelta mi brazo y abandona la habitación.

Ya está cansado de insistir.

Está cansado de mí.

Macabre DancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora