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"Siempre vienes a mí.

Se repite de nuevo"

La música retumba en mis tímpanos, es la última canción. Me siento mareado, llevo todo el concierto sintiéndome así y con ganas de vomitar, pero ha incrementado ahora que estoy dando mi último esfuerzo.

Siento como mis músculos se tensan, cada vez con mayor intensidad, con cada movimiento que hago, siento como están llegando a su límite, nada más cambiarlos de posición me duelen.

Pero continuo.

Tengo que continuar.

Debo continuar.

La canción termina y todos nos reunimos en el centro para despedirnos y hacer las reverencias, en señal de agradecimiento.

No puedo evitar no llorar, por la emoción, por la gratitud y por el dolor.

Finalmente mis músculos se comienzan a relajar cuando me siento en el sofá en los camerinos, sintiéndome abrumado por unos momentos.

Pero enseguida recuerdo todos los fallos.

¿Se habrán dado cuenta?

¿Por qué lo he hecho tan mal?

Por poco me choco con Jungkook.

Podría haber dado lo mejor de mí y no lo he hecho.

Nunca hago una actuación perfecta, y eso me pone triste.

¿Por qué no consigo ser perfecto?

Macabre DancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora