➴ 肉体罪 ⌇ Por mí se va hasta la ciudad doliente, por mí se va al eterno sufrimiento, por mí se va a la gente condenada. La justicia movió a mi alto arquitecto. Hízome la divina potestad, el saber sumo y el amor primero. Antes de mí no fue cosa creada...
— "Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo. ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes que no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios". Carta uno de Corintios, capítulo seis; versículos del dieciocho al veinte.
El rubio baja los pequeños escalones para abandonar la tarima, sus ojos buscan su puesto anterior y ubica a su hermano para acercarse a él y sentarse a un costado. Su mirada se dirige al Padre que toma nuevamente el micrófono y reanuda sus palabras, continúa con una explicación sobre lo leído pocos segundos anteriormente y TaeHyung escucha con atención cada oración que sale del mayor.
— Oh, Dios santo que nos observas desde tu reino en el cielo — implora con las palmas de sus manos unidas, — sálvanos de este mundo cruel que no hace más que ensuciar en tu nombre cada parte del universo que gustoso nos has regalado. Sálvanos de la fornicación, de la masturbación, la prostitución, las violaciones y, por sobre todo, de los actos homosexuales de aquellas personas que van en contra de tu guía. Ilumínalos con tu sabia luz y retorna sus caminos por el bien.
Los glaucos irises de TaeHyung se deslizan entre sus escleróticas brillantes, un movimiento de su mellizo llama su atención y disimuladamente centra su mirada en los dedos de este a su costado que no dejan de retorcerse con casi preocupación. Las cejas de TaeHyung se fruncen, mas vuelve sus orbes al Padre que sigue hablando entre exclamaciones de aquellas impurezas carnales.
La Eucaristía prosigue entre la calma y cantos de los espectadores que acuden al llamado y en menos de unos momentos el final se atisba entre la tarde; aquella era la última sesión del día mientras los matices anaranjados con rayos dorados se propagan por todo el cielo. Un suspiro escapa de entre los labios del mellizo mayor, TaeHyung detalla como su hermano observa con preocupación deslizándose entre sus facciones a cada persona que sale de la iglesia, sus labios temblando ante una sonrisa de dientes brillantes que se estira sobre su rostro simpático y las familias abandonan la edificación contentas ante la cordialidad del joven.
Sin embargo, TaeHyung no cae en aquella farsa, razón misma por la que se escabulle entre los pasillos silenciosos del conservatorio cristiano al que ambos habían sido inscritos con el apoyo de sus padres años atrás. Las habitaciones de los estudiantes de grados mayores al de él encontrándose al final del pasillo de la sección masculina y, aunque ambos tenían la misma edad, JiMin dormía en una de esas habitaciones tras lograr ser promovido una categoría más hace dos años debido a su gran desempeño.
