CLASE NORMAL

1.6K 136 8
                                        


La miró de reojo una última vez desde su asiento en la segunda fila, pegado a la pared.

Se recargó en ella cerrando los ojos con fuerza sintiéndolos arder.

Tragó saliva volviéndolos a abrir, deteniendo su mirada en un punto fijo de la mesa abarrotada de cosas de la profesora, que no dejaba de parlotear sobre Hitler.

Ya se sabía esa basura como si hubiera estado presente...

"Solo 20 minutos más..."-pensó intentando animarse- "Vamos, tío, has aguantado cosas peores..."

Escuchó parte de el discurso de la profesora, la charla melosa de una pareja "encantadora" tras él y los insultos sin lógica de los de la fila de atrás, y resopló.

"Retiro lo dicho"

Soltó el bolígrafo con el que estaba entreteniéndose patéticamente y la volvió a mirar. Fue sin querer. Sus ojos se pararon en ella como unos imanes, y no pudo evitarlo.

La escasa luz que entraba por la ventana le daba justo de frente, resaltando su blanca piel brillante y su cabello, ahora de tonos azulados. Era lo más hermo- 

Se sonrojó.

"¿Qué demonios, Damian?"

Unos aireados segundos después, justo cuando estaba decidido a salir por esa puerta sin mirar atrás, la profesora paró abruptamente su charla.

Miró hacia la puerta donde casi todos los ojos miraban ahora, poniéndose alerta por costumbre.

Reconoció al hombre alto y estirado como una vara con arrugas por todo su rostro como el director. Parado como si nada en la puerta.

Inconscientemente, Raven bajó los brazos para ocultar la marca. Ya tenía suficiente con sus alteradas y confundidas hormonas para que ahora le hiciesen un interrogatorio sobre intentos de suicidio, sectas, depresión o algo así.

Quitando esos tontos pensamientos, sus poderes hicieron que algo votase dentro de ella. Como advirtiéndole.

Los ojos grises del recién llegado recorrieron toda la sala como un tiburón acechando a su presa, pasando por los ojos desconfiados del menor de los Wayne hasta detenerse en los exóticos y alertas de Raven.

Contuvo la respiración esperando que algo explotase.

Pero no pasó nada. Los ojos del hombre no se apartaron de ella ni un segundo, hundiéndola más en su asiento.

Pronto ya tenia todos los ojos del aula ya la enfocaban.  Mientras que Damián solo contuvo las ganas de levantarse y enfrentar al extraño hombre, pensando qué hacer dependiendo de lo que sucediese.

"Dios, Raven no se equivoca. Si que soy paranoico"

La profesora, intentando ocultar la molestia de que interrumpiesen su "emocionante" clase, hizo que el director separase al fin sus ojos de los de la chica para mirarla. Como si acabara de despertarse de una hipnosis.

-Oh, disculpe por interrumpir, señorita Foster-sonrió falsamente mostrando los dientes. Esos extrañamente afilados dientes que le provocaron un extraño escalofrío a la hechicera.

Damian pensó en las veces que había hablado con el director, habían sido pocas, pero suficientes para que se diera cuenta que el director no parecía el mismo. Tenía un tono de voz extraño, ronco. Recordaba sus ojos más vivos. Ahora parecían solo un cristal empañado.

Rachel se sobresalto levemente al encontrarse de nuevo con los ojos apagados del hombre, que le sonrió siniestramente y no apartó la mirada.

A Robin solo le bastó ver los ojos de su amiga desde la otra punta de la clase para ver que estaba intimidada. Y eso nunca lo había visto en ella.

-¿Qué desea, señor Hunt?-preguntó la profesora acomodándose las gafas a la nariz algo impaciente.

El aludido oyó la pregunta, parpadeó ensanchando más su extraña sonrisa. Mas no apartó sus ojos de Raven.

"Por Azar...Prefería las hormonas..."

Damian apretó los dientes expectante y frunció un poco el ceño. Desconfiado, como siempre. Pero notaba un ambiente de alerta que lo había ayudado muchas veces. Y él nunca se equivocaba.

-Solo vengo a llevarme a la señorita Roth a mi despacho. Con su permiso, por supuesto.

Raven sintió su corazón encogerse al oírlo. ¿Pero qué rayos le pasaba? Era un simple mortal.

El director dio media vuelta sin borrar la sonrisa sin esperar la respuesta de la profesora, y caminó lentamente hacia la puerta.

La chica, instintivamente miró a Damian confundida, pero este solo la miró como queriendo decirle: "Ve. Ten cuidado"

Asintió en su cabeza mientras se levantaba, y siguió al hombre a pasos calculados.










ENCUBIERTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora