Lo que más le gustaba a Draco de la hora de la comida, era que tenía un rato libre para escuchar el resumen del día de sus amigos, a los que no veía en todas las clases desde que eligieron irse por diferentes ramas de la magia en tercer año. Compartía Aritmancia y Runas Antiguas con Zacharias, pero en horarios disparejos, debido a las ausencias por las prácticas de Quidditch, y en la segunda, también estaba Hannah, mientras que Susan y Justin se decantaron más por Cuidado de Criaturas Mágicas y Adivinación, lo que ocasionaba que algunas anécdotas fuesen extrañas.
Esa era una de ellas.
Se cubrió la boca con ambas manos, en un intento de disimular la risa y no ahogarse con el té que acababa de beber. Hannah, sentada a su lado, tenía los ojos y la boca muy abiertos, y el rostro teñido de un intenso rojo. Zacharias apretaba los labios para contener una sonrisa y Justin tenía la nariz arrugada en una clara señal de asco.
—¿Acabas de decir —Intervino entonces, emitiendo un sonido de total desagrado, que sólo hizo que Susan sonriese más y Draco se doblase por la risa— que justo cuando te ibas a acostar con Weasley, tu Puffskein, la bolita de pelos con la que jugamos todo el tiempo en la Sala Común y te despierta con lamidas, le mordió la mano y casi le rompe un dedo?
Susan asintió varias veces.
—Hagrid y yo estábamos experimentando sobre qué le pasa a un Puffskein al que le das comida que se sale de su dieta —Explicó, agitando la cuchara y con un aparente deje de orgullo—. Se ha puesto hiperactivo, rabioso, y dormilón. No estoy segura de cómo fue que lo lastimó tanto, no se supone que tenga dientes, pero Hagrid estará muy interesado, esto abre un nuevo campo de investigación para nosotros.
—Claro, después de que tu Puffskein haya alejado a Montague con saltos sobre su cabeza, cuando se iba a acostar contigo también, esto es una mejora.
—Y a Zabini, y a Corner, Diggory, Thomas, McMillan —Zacharias levantó una mano y se puso a sacar la cuenta con los dedos—, Wood, ¿y a quién más le dio?
—A Tin —Añadió Draco, mordiéndose el labio para calmar los bufidos de risa.
—Básicamente, aleja a cualquiera con el que me vaya a acostar. Tal vez sea eso lo que...
—¿Po...podemos no hablar de esto mi...mientras comemos? —Hannah, aún más roja que antes, se trabó con las palabras al hacer su petición, jugueteando con la comida de su plato y sin mirar a ninguno en particular. Susan se rio, le rodeó los hombros con un brazo y comenzó a contar una anécdota que nada tenía que ver con la anterior.
Draco estaba por unirse a la plática cuando se percató de que Zacharias, sentado al otro lado de su asiento, respondía a un saludo de alguien en una mesa diferente, con un gesto apenas perceptible. Al seguir la dirección de su mirada, notó que Hermione acababa de sentarse con los Gryffindor y sonreía hacia ellos; Ron estaba refunfuñando, con una mano envuelta en un vendaje, y Harry parecía abstraído.
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Difícilmente
ФанфикDraco Malfoy era conocido por dos razones: ser el menor del sexto año de Hufflepuff, lo que convertía a sus compañeros en tejones protectores, y conseguir lo que se propone. Ahora, lo que quiere lleva el nombre de Harry Potter, y ni él, ni sus amigo...