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—Ni siquiera lo pienses.

Mark lo tomó del brazo impidiendo que el menor huyera de él como veces anteriores.

—Yo...

—Dame un caramelo.

—¿Vas a seguir con eso? ¡No voy a darte nada!—tironeó de su propio brazo intentado librarse del otro, fallando en el intento.

—¿Pero por qué? ¡A todos les diste menos a mi!

—¡No quiero deberte nada!

—¡Es solo una maldita golosina Donghyuck!

Un solo segundo en el que el moreno bajó su guardia bastó para encontrarse siendo acorralado contra el enorme espejo de danza, con el rostro del más alto prácticamente pegado al suyo. Un escalofrío recorrió toda su espina dorsal cuando hicieron contacto visual.

A la mierda todo.

Mark comenzó a repartir pequeños besos por su cuello, besando todos y cada uno de sus bonitos lunares mientras se tomaban de las manos. Donghyuck se dejó, cerrando con fuerza sus ojos en intento de no soltar un suspiro. 

—Me gustas—le susurró una vez se acercó a su oído.

—A-a mi igual...

—Entonces dame un caramelo.

Donghyuck sacó de su bolsillo trasero la bolsita que ahora solo tenía aproximadamente unos diez dulces y tomó uno. Mark tenía un brillo en sus ojos, pero se borró en cuanto el menor le quitó la envoltura y se lo llevó a la boca.

¿Acaso se estaba burlando de él?

—Te detesto.

El mayor lo tomó bruscamente de la nuca y juntó los labios ajenos a los suyos, comenzando con un vaivén neutral que después se volvió algo desesperado. El más alto estaba disfrutándolo más de lo que hubiese imaginado, los pomposos labios de Donghyuck mezclado con ese fuerte dulzor debido a las tantas golosinas que había consumido provocaban una combinación adictiva. No se contuvo e introdujo su lengua a la cavidad del contrario, casi pierde la compostura cuando el moreno dio un gemido ahogado mientras acariciaba sus mejillas con las manos temblorosas.

Unos cuantos besos y caricias bastaron para que finalmente se separaran con sus respiraciones algo agitadas, en ningún momento rompiendo contacto visual.

—M-Mark hyung...

—Gané.

—¿Q-qué?

A Donghyuck le costó casi un minuto percatarse de que el caramelo de cereza ya no estaba en su boca. Por otro lado, un sonriente Mark le mostraba la lengua mientras lo saboreaba gustoso. 

Le había robado su golosina vía beso.

—¡E-eres asqueroso!

—Me vale.

—Malvado, s-solo me besaste por...

—Oye—interrumpe—No te confundas, sí te besé por eso, pero no mentí cuando dije que me gustas—responde con toda la naturalidad del mundo tomando desprevenido al más joven, provocando que el calor subiese a su rostro y comenzara a jugar con los puños de su abrigo, nervioso.

A paso lento fue acercándose al de cabellos oscuros y, sin decir nada, rodeó su cuello con sus brazos una vez estuvo a una distancia relativamente corta.

—Devuélvemelo.

—¿Qué cosa?

—El caramelo, devuélvemelo.

—No lo haré.

Sin previo aviso Donghyuck lo besó, esta vez sin una pizca de sutileza.

Giraron sus rostros para que sus bocas pudieran encajar mejor, comenzando así una batalla de lenguas que no parecía, ni quería tener fin. 

—¡O-oye!—Soltó Donghyuck cuando el contrario apegó su espalda con fuerza contra la pared antes de alzarlo por los muslos, sentándolo en una de las mesas junto a los equipos de música. 

Se posicionó entre las piernas del moreno y comenzó repartiendo besos por todo su cuello, iniciando una serie de caricias y roces al torso del menor por debajo de su ropa. Este último arqueaba su espalda mientras se deshacía de los botones de la ajustada camisa que llevaba el más alto.

Se miraron a los ojos con una evidente lujuria reflejada en ellos, sin durar más de cinco segundos en que sus labios volvían a fundirse entre si.

Sonrieron en medio del beso al notar que la laptop aún seguía reproduciendo audio, dándose a oír Baby don't like it.

Bonita coincidencia.

—M-Mark—gimió cuando el mayor comenzó a acariciar una zona más delicada. Probablemente estaban llegando demasiado lejos.

—Hmm—gruñó sin dejar sus acciones.

—No podemos hacer estas cosas aquí...

—Relájate—le dio un sonoro beso en los labios—No hay nadie. 

—Es que... No me siento cómodo con Taeyong hyung viéndonos.

—ASÍ LOS QUERÍA AGARRAR PUERCOS.

El líder se hizo presente en el lugar con una canasta de ropa en manos que más bien parecía una montaña, dejándola en el piso antes de comenzar a perseguir al canadiense por toda la sala con la intención de jalarlo de los cabellos. 

—JODER TY DÉJALOS EN PAZ

Ese era Ten, quien dejó su videocámara a un lado para perseguir a Taeyong. Donghyuck solo miraba expectante.

Justo antes de que el mayor de todos los presentes alcanzara a Mark, Chittaphon se adelantó y tironeó de sus prendas haciendo que cayera al suelo, abalanzándose encima de él.

—Yo aquí haciendo algo por esta casa y mira como me pagan estos mocosos imberbes, tocándose en la sala de prácticas.

—Pues olvídate de lo que te prometí ayer, acabas de sabotear a mi ship en plena acción—Chittaphon habla con calma mientras retiene al mayor que intentaba librarse de su peso.

—¡Dijiste que me ayudarías con... eso!

—Lo siento, cambié de opinión.

Donghyuck discretamente tomó a Mark de la mano y lo llevó fuera de la habitación aprovechando que los mayores estaban metidos en sus propios asuntos. Cerró la puerta sin hacer ruido y se abalanzó sobre él para rodearlo en un abrazo, seguido de unos cuantos besos por todo su rostro. Definitivamente aquello nunca estuvo en sus planes, pero ya no importaba. Ellos se querían y tendrían todo el tiempo del mundo para demostrarlo mutuamente.

—Te quiero Makku.

—Y yo a ti, Sweet Boy.

Sweet boy ||MarkHyuck||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora