CAP. 22 LO SIENTO, MAMI.

325 13 2
                                    

Bueno, aquí se encontraba, sigiloso, precavido, caminando y escondiéndose como si de un intruso se tratara, aún que le gustaba pensar que era un espía habilidoso que aún después de 10 minutos nadie se había dado cuenta de su magnífico escape, casi invisible ya que nadie lo había visto y cabe recalcar que aquella sirvienta no contaba, en fin, solo faltaban dos pasillos más para llegar a su destino, no sabía cómo pero había logrado por fin quedarse solo en su habitación sin vigilancia y sin guardias, no tendría otra oportunidad como está y no la desaprovecharía.

Yuuri después de que despertara se había encargado de que no estuviera solo, siempre estaba él o alguien de su familia cuidandolo y consintiendolo , no le molestaba, después de todo el también los había extrañado estos dos meses (aunque para él el tiempo había pasado diferente), le recordaba a sus días de embarazo en Lunula, solo algo le inquietaba, había una personita la cual no había visto y a la cual extrañaba más que nunca.

Tenía dos semanas que había despertado, dos semanas preguntando por él y ni una sola vez lo había ido a ver.

Estaba bien, de eso no había duda, se enteró que después del enfrentamiento solo tardó dos días en despertar y sin ninguna herida grave como las que el sufrió solo algunos raspones nada mas, se sintió orgulloso ya que no había salido igual de debilucho que su padre, se felicitaba por el buen trabajo que había hecho al crearlo.

Pero aún así le molestaba su lejanía.

Camino un poco más escondiéndose en una esquina, con su mano izquierda apretó la tela del pijama azul de su prometido contra su pecho, aún después de todo ese tiempo le dolía un poco si se sobre esforzaba demasiado, además que la venda en su pecho le incomoda un poco al igual que el de las manos, si el azabache mirara su vestimenta de seguro lo regañaría y se moriría de ternura al verlo (aparte de los celos claro está), llevaba la pijama azul del rey y las botas negras de cordón, no había tenido tiempo de cambiarse y no iba a perdelo haciéndolo sabiendo que no tenía mucho, al estar en la esquina donde tenía que girar, caminando despacio y muy silencioso asegurándose de que no había nadie al rededor (por que si alguien lo viera caminando solo y en pijama, irían de chismosos con su rey a contarle lo que su prometido estaba haciendo y tendría que volver como niño regañado a su habitación), al momento de querer avanzar a la llamativa puerta azul se detuvo regresando inmediatamente al lugar donde se hallaba escondido momentos atrás, pues no contó con un soldado que venía en su dirección con una bandeja en manos, desde su escondite miro que el soldado después de tocar repetidas veces entro a la habitación de Lux, espero un poco implorando que al salir el soldado no tomara el camino donde se encontraba él y terminará por descubrirlo, al final salió pero con una bandeja de comida diferente haciendo una reverencia y cerrando la puerta, se fue en la misma dirección que antes y Wolfram pudo respirar con normalidad, aunque algo no lo dejaba tranquilo, la bandeja que salió estaba intacta, al parecer su hijo no había comido "¿Yuuri sabrá que Lux no a comido?", Fue en lo único que pudo pensar.

Siguió su camino igual que antes, al estar frente a la puerta se aseguró que no había nadie a su alrededor, al asegurarse tocó tres veces más no recibió respuesta, lo intento de nuevo y nada, supuso que tal vez se encontraba dormido, algo que comparten Lux y Wolfram es su facilidad al quedarse dormidos, con solo tocar la almohada se encontraban roncando, abrió la puerta despacio y lentamente se adentró a la habitación, cerro tras de él y la observó un poco, estaba un poco oscura para ser medio día y un poco ordenada para como era su hijo, lo busco con la mirada y lo vio acostado en su cama, tenía razón, estaba dormido, pensó que tal vez se encontraba cansado de tanto jugar, el pequeño tenía mucha energía después de todo y cuando la agotaba caía rendido por completo, el silencio fue interrumpido por un sollozo lo que lo alertó de inmediato y un murmullo le partió el corazón.

Wolfram, Seamos Una Familia [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora