Estar con una persona rota no es fácil, y a veces la presión de intentar arreglarla termina siendo demasiado, pero no cuando la amas del modo que Bash amaba a Georgia. A veces ocurre lo de los cuentos de hadas, a veces el amor gana.
Él soportaría lo que fuera necesario, él lo daría todo.
-Deberíamos largarnos..., ¿no crees?
Estaban sentados con las piernas colgando del ultimo piso de su torre de apartamentos.
Un movimiento en falso y adiós mundo cruel.
Pero ella no parecía tener intención de lanzarse,
ni él de soltarla.
-¿A qué te refieres?
Alzó el rostro para mirarlo a la cara.
Cuando la tenía así de cerca, él sentía que Georgia era lo único que podía y quería ver.
-Me refiero a todo- hizo un gesto vago con el brazo- Aquí tu nunca seras feliz, y odio eso. Hablo de que podríamos escaparnos, huir de aquí.
Ella bajó el rostro, pensativa.
-Huir sería un sueño.
Bash le beso el dorso de la mano con dulzura. La miró fijamente, intentando asegurarse de que ella entendía cada palabra que él decía.
-Podríamos hacerlo realidad.
Georgia tenía una expresión de ensueño. Con una sonrisa de medio lado, y los ojos cargados de amor, le acaricio la mejilla lentamente.
-Mi felicidad no depende de un lugar, eso no haría ninguna diferencia, pero tú eres mi hogar. Estaré feliz donde sea, mientras esté contigo.
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Irreparable.
Acak❝Y ahora que no estás, simplemente no se cómo juntar los pedazos.❞ {terminada} ©babexstay