Bash -04-

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Mierda, ¿y ahora que?

Hacía quince minutos que había iniciado la clase y ya habían pasado lista y ella no aparecía.

¿Donde rayos se había metido?

Bash miraba constantemente la puerta con la esperanza de que Georgia fuera a aparecer, y le quitara la sensación en el estomago de que algo no iba bien.

Pero esa misma nausea le decía que era en vano.

Ya para ese tiempo ella no iba a llegar.

Y le dio rabia.

¿Por qué, por lo menos, no le había dicho algo? 

Y luego se sintió estúpido.

¿Por que lo haría?

Él mismo se había montado todo ese teatro en la cabeza.

Quizá le dio demasiada importancia.

Quizá a ella ni siquiera le importaba.

Quizá.

«Al diablo» pensó.

Ella ya no podia empujarlo fuera sin mas. 

Irreparable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora