El Final

426 57 5
                                    


Dos años después.

Un hombre enfundado en un uniforme militar de color negro con una franja roja cruzando el pecho y adornado por un par de medallas observaba las pequeñas embarcaciones navegando con sus luces ámbar a través del rió. En su mano derecha sostenía un nota de escasas tres líneas en una perfecta caligrafía.


Estimado.

Las órdenes se cumplieron. Aniquilar a los traidores es inevitable. Usted es un hombre íntegro, debe comprender.


Rompió la nota y la arrogo al viento. Solo entonces se permitió llorar recordando el cuerpo bañado en sangre sobre el lustroso piso de la catedral gótica de Santa Bárbara. Un final adecuado para una vida culminada por tonos grisáceos. Una edificación imponente cuya luz matutina permite apreciar la bondad de las imágenes mientras poco a poco regresan a sus rasgos malvados cuando el sol se ha ocultado por completo, las velas se encienden y la oscuridad absorbe hasta el último rincón.

-Al menos te desvaneciste cerca de la ciudad de tus sueños – esbozó una sonrisa alzando la vista al manto sombrío cubierto de estrellas – Una vez me preguntaste si creía en el destino. En aquel entonces no lo hacía, sin embargo ahora creo. Nuestros caminos se separan y tal vez si mantengo la esperanza te vuelva a encontrar.

El adiós se ha convertido en un corto viaje. Las heridas sanaran con el tiempo. Cada año regresara al inicio, dejara fluir las lágrimas que serán cubiertas por la lluvia integrándose hasta lograr una mezcla homogénea. Paso a paso estará frente a él, a quien tanto extraña. 


FIN.

Praga, nuestro destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora