Capítulo 1 Tántalo

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Todo era oscuro, hasta, que de pronto escuché una voz y noté unas manos moviendome. Abrí lentamente los ojos para ver a la persona que me había despertado. Era una chica de pelo y ojos castaños,su pelo no era ni muy largo ni muy corto y lo llevaba recogido en una coleta baja, con un lazo, tenía una mirada que parecía que podía ver hasta lo más profundo de tu alma. Su figura no era muy delicada para ser una chica, es mas parecía algo bruta. No recuerdo haber visto a alguien así en mi vida.

Tiene cara preocupada y lo único que puedo decirle es —¿Qué pasa? —Ella suspira, seguro pensaba que estaba muerto.

—Por fin despiertas —Se levanta de la hierba, sobre la que acababa de notar que nos encontrábamos —Y ahora dime. ¿Qué hacías ahí dormido? ¿No tienes casa? —Me ofreció una mano para ayudarme a levantarme, pero la rechacé y me levanté yo solo.

Entonces, pensé en su pregunta. ¿Qué hacía ahí tirado? Y más importante. ¿Donde estoy? Tendría una casa ¿no?

Mientras seguía en mis pensamientos, ella se dió cuenta; porque agitó su mano delante de mi cara, intentando llamar mi atención. —¿Y bien? ¿Cómo te llamas? ¿Donde vives? —Me preguntó cuando volvía a mirarla.

—¿Es normal que le preguntes a un extraño donde vive así como así? ¿Acaso quieres robarme o algo? —Le reproché, ya que realmente no tenía una respuesta a su pregunta.

—Que maleducado, solo quería llevarte a casa para que durmieras, porque no tienes muy buena pinta y tampoco iba a dejarte tirado en mitad de la nada.—dijo enfadada. Aunque no tiene motivo, no es nadie para decidir qué debería hacer.

—Pero como veo que ya estás perfectamente ¡Me voy! —dijo eso, o mejor dicho lo gritó, y se fue echando chispas. Como si me hubiera podido ayudar, no se ni donde estoy, ni si tengo una casa o una familia...

Empecé a sentir miedo y a arrepentirme de que esa chica se hubiera ido. Ahora estaba completamente solo y todo parecía un sueño. ¡Si! Seguro que estaba soñando, así que, volví a acostarme y cerré los ojos, intentando volver a despertar en una mullida y calentita cama... pero nada de eso pasó; seguía sobre el duro suelo.

—¿Te encuentras bien? —Me preguntaba una voz, también de chica, pero esta era más dulce que la anterior.

Abrí nuevamente los ojos y vi a una chica igualmente de pelo y ojos castaños; esta era mayor que la otra, que parecía una niña. Aunque eran parecidas, sus ojos tenían una mirada amable y no analitica como la de la de antes, también se puede destacar que esta chica lleva el pelo recogido en un moño.

—No lo se —Es lo único que se repetía en mi mente. Ella soltó una pequeña risa, mientras se tapaba la boca con la mano. —¿No sabes si estás bien? —Yo me mantuve serio ante su pregunta, así que se rindió con eso.

Pero preguntó —¿Y cómo te llamas? —Se sentó a mi lado.

—Tampoco lo sé —No quería que se fuera como la otra, pero era verdad que no lo sabía, así que rápidamente añadí —He olvidado todo, no recuerdo nada.

—Su cara expresaba más que mil palabras, era una mezcla entre sorpresa y lástima. Y lo último no me gusta nada.

—Oh... no sé cómo reaccionar realmente ante eso... ¿No recuerdas absolutamente nada? —decía, mientras, en su cara se notaba que estaba pensando en qué podría hacer. Niego con la cabeza.

—Bueno, por lo menos no me he olvidado de hablar o andar; eso sí hubiera sido algo malo. —Fuerzo una sonrisa y ella me devuelve una también forzada.

El reino de los cristalesWhere stories live. Discover now