Iselder || TinCan

🥀

Idiota.

No hay otra palabra que te describa, en lo más mínimo.

O tal vez me describe a mi, no lo sé.

Me duele el cuerpo y mi mente tiene un gran shock todavía. Mis ojos siguen ardiendo debido a las lágrimas que deje salir.

Si te hubiera prestado más atención.

Si no me hubiera dejado influenciar por los problemas.

Antes de salir de casa, abrí un cajón y ahí estaba la pulsera que me diste, sonreí tristemente mientras las lágrimas amenazaban con salir otra vez.

Cuando llegué a ese lugar tan... sombrío, vi a tu madre. Ella me abrazó sin decir nada. Nos separamos cuando la carroza llegó.

Intenté ser fuerte, pero cuando esas personas sacaron esa caja blanca no pude y me rompí totalmente. Lloré como nunca lo había hecho antes.

Volví a ser ese niño de cuatro años con temor a quedarse solo en casa.

Ese temor volvió, pero ahora estoy solo en el mundo, me estoy ahogando en la oscuridad, quiero que vuelvas, por favor...

Cuando te vi, completamente inmóvil, pálido, sin vida, comprendí que no había vuelta atrás.

Había perdido la cuenta de cuantas veces había llorado.

Nunca te dejé, a pesar de saber que ya no eras consciente de que yo estaba allí.

Las horas fueron tortuosas pero rápidas.

Anunciaron que era hora de dar el último adiós. Me acerqué. Tome tu mano y quité tu pulsera. Me quité la mía y la puse en tu muñeca.

Ahogue fuertemente las ganas de gritar y dejé un beso sobre tus labios fríos. Me separé lentamente y cuando menos lo espere, capas de tierra cubrían tu cuerpo, mientras coronas de rosas blancas descansaban arriba del todo.

Todos se habían ido y yo seguía frente a ti, acariciando la pulsera.

—Perdoname —susurré con la voz quebrada—. Por favor, perdoname.

El día estaba nublado. Al parecer sabía que tu te habías ido.

Entre las nubes salió un rayo de luz que cubrió solo el lugar donde tu descansabas.

Las lágrimas volvieron a asomarse pero esta vez sonreí. Se que deseabas verme feliz y por ti lo intentaré.

Miré el degradado de la pulsera, que tenia grabado "2W". Lo acaricié tiernamente.

—Te amo —sonreí—. Te amo tanto que duele.

Me marché de ese lugar sintiendo una extraña sensación de vacío, pero un poco mas tranquilo.

A pesar de lo que pase, te recordaré como el amor más fuerte que tuve, seguirás siendo mi pequeño Cantaloupe.

Y seguiré recordándote, porque todavía te quiero.