Percabeth. //Babeas cuando duermes.//

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Babeas cuando duermes.

Percabeth.

-Tío...- dejaba caer las palabras Will Solace mientras apoyaba su codo en mi hombro.

Por Zeus, estaba harto de esto. No quería coger un arco más en mi vida y de verdad que quería aplaudir a mi ''amiga'' Thalia por saber manejar una de estas cosas.

-¿¡Pero como quieres que lo coja!? -pregunté exasperado, con ganas de romper la madera del arco en dos.

-Pues, Jackson, como se coge un arco, que quieres que te diga. -respondía el hijo de Apolo, medio burlón.

Al lado, los Stoll, estaban observándome. No tenía fe en que se quedaran callados durante mucho tiempo.

-Pero, es que tú eres un hijo de Apolo. Yo, que conozca, no hay ningún hijo de Poseidón en toda la historia que sepa manejar un arco como es debido.

-Y, por eso están muertos, Percy.

Resoplé una vez más. Creo que esa misma tarde cumplí el récord mundial de ''Resoplar más veces seguidas en un determinado tiempo por culpa de una pequeña apuesta entre Will Solace y Percy Jackson''.

-Tú eres un hijo de Apolo...

-Coge el arco o pierde la apuesta, Jackson.

No pensaba perder la apuesta cuando un simple hijo de Apolo me había ganado. Mi orgullo daba para más que eso así que me tiré el flequillo para atrás y volví a sacar una flecha del incómodo carcaj atado a mi espalda. Seguí los pasos que Will y los demás hijos de Apolo me habían dicho.

Agarré el carcaj con una posición correcta.

Tensé la cuerda.

Puse la flecha en el lugar correcto de la flecha.

Coloqué los dedos de en la cuerda.

Cerré un ojo.

Apunté.

Enfoqué.

(Nada puede salir mal Percy, nada puede salir mal Percy, nada puede salir mal Percy...)

-¿Ya estás jugando de nuevo a esas idioteces, sesos de alga. No será una apuesta, no? -dijo Connor Stoll en voz chillona, imitando a la perfección la voz de Annabeth.

Me pegué tal el susto de saber que Annabeth podría estar viendo que yo estaba participando en una de las estúpidas apuestas de Will (no había salido demasiado bien parado de la anterior, aún recordaba el golpe y las risas a su alrededor), que, la flecha se me disparó totalmente hacia el peor lugar de todo el campamento: Clarisse La Rue.

Yo, temía de lo que la bruta (aunque no tan mala desde que estaba con Chris) de la hija de Ares pudiera hacerme, pero en cuanto la flecha fue directa a ella, se agachó. Gracias a los dioses.

La cara se le puso mas roja que el color de las fresas que recogían los hijos de Deméter en el campo del final del Campamento. Quería ser hijo de Hades para que la tierra me tragara, sinceramente.

La flecha, pasó a toda velocidad silbando al lado de la cabeza de Clarisse. Al instante un ''JACKSOOOOOOOOOOOOOOOON.'' cargado de rabia, cruzó la estancia. Después, vi su lanza en mano y lo último que recordé era electricidad en mi cuerpo. Sentir que ardía, que brillaba y que me apagaba hasta que unas manos me arrastraron hacia el lugar en el que me quedé inconsciente de nuevo.

Sabía que estaba despierto, que ya estaba bien. Ya podía sentir el hormigueo propio de la lanza de Clarisse. Podía sentir mis dedos repelos de hormiguitas corriendo por mi interior y los pelos de los brazo de punta. Había probado la lanza de la hija de Ares demasiadas veces.

Abrí los ojos poco a poco, profundamente mareado. Todo me daba vueltas y no podía distinguir pero por el borón marrón que veía por todas partes, debía estar en la enfermería, con sus clásicas paredes de madera.

Oí a gente a mi alrededor murmurar.

''Ya está, la quinta vez con la lanza. Si se recuperó por primera, porque no lo iba a hacer a la quinta.''

''Otra de la veces en las que el néctar hace efecto. Tío, bendito invento de los Dioses.''

''Jackson, colega, en que líos te metes.''

''Callad, callad, empieza abrir los ojos.''

Lo primero que distinguí entre las borrosas figuras era un pelo rubio, como el color de la miel al sol o de las franjas de las abejas que se posaban en las plantas de la cabaña de Deméter.

Annabeth.

Estaba con los brazos cruzados sobre su pecho y el cabello recogido en una coleta que dejaba ver esos ojos que te decían ''Aparta la vista de aquí, seas quien seas, soy demasiado bella para ti'' solo con un vistazo. Estaba igual que la primera vez que la vi, en esta misma situación. Habían pasado años de eso, pero aún me hacía sonreír recordarlo.

La miré fijamente, intentando enfocarla lo mejor posible.

-Babeas cuando duermes. -me dijo, seca y borde, mirándome con esos imponentes ojos.

Y, aunque estaba seria (seguramente se había enterado sobre lo de mi estúpida apuesta), no pude evitar verle una pequeña curvatura en forma de sonrisa al filo de esos finos labios.

Me reí. Ella se unió. Hasta que nos dolió el estómago.

Esto era algo digno de recordar.

***

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2016 ⏰

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Percy Jackson. //Drabbles ships and one shots.//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora