Capítulo 1: "Un día no como cualquier otro."

12 3 0
                                    

Rachel era una mujer con una vida "normal"; tenía 36 años, estaba casada con un hombre diez años mayor a quien amaba, tenía dos hijos y el trabajo de sus sueños. Ella había pasado de ser enfermera a terminar sus estudios y su perfeccionamiento para convertirse en la médica directora del hospital UCLA Medical Center. Recibía pacientes todos los días y últimamente estaba cobrando mucho más dinero de lo normal.

 Recibía pacientes todos los días y últimamente estaba cobrando mucho más dinero de lo normal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Qué la llevó a estar donde estaba ella hasta ese momento? La muerte de su madre. Fue terrible ver como el cáncer y una mala praxis acabaron con su vida de un momento a otro.

Comenzaba el mes de junio y Rachel podía ver por televisión en su trabajo (cuando tenía tiempo) que en distintas partes del mundo había más caos del normal. Países europeos cerraron sus puertos porque aparentemente debido al calentamiento global mucho glaciar se había derretido, lo que trajo varias inundaciones y algunas nuevas enfermedades.

-Nada de que preocuparnos, están al otro lado del mundo. -Dijo una colega de Rachel, pero ella sin embargo siguió mirando el televisor hasta que vio la hora y se dio cuenta que llegaba tarde a la despedida de su hijo. Él ya tenía 18 años y estaba por iniciar un viaje con amigos hacia distintas partes de latinoamérica, el primer destino era Perú.

Una vez en casa, la magia del trabajo ideal se desvanecía. Su esposo Leonard era un "maldito ebrio", así lo describía ella, solo para omitir que también era dominante, golpeador e infiel. Su único refugio eran sus hijos, pero uno de ellos ahora se iba de viaje.

-Llegas tarde, ya tenemos que ir a despedir a Justin. -Dijo Leonard mientras tomaba una cerveza y miraba la televisión.

-¿Y por qué diablos estás bebiendo si tienes que llevarnos hasta allí? -Respondió inocentemente ella.

-Tú manejarás. Y no quiero escuchar quejas al respecto. -Le remató el de manera tajante y apagando la televisión.

Rachel no discutió. Esa amargura se le fue rápido debido a que su hija la recibió con mucha alegría. Ella era una pre adolescente de 12 años, siempre tuvo confianza con su madre y de hecho siempre hacían cosas juntas.

-Te traje una sorpresa hija...cierra los ojos. -Dijo Rachel. Rebecca, su hija, acató la orden con una sonrisa.

Cuando Rebecca abrió los ojos vio que su madre le había traído "Festín de cuervos", uno de los tantos libros de George R. R. Martin. Un libro que su hija había pedido mucho, ya tenía los tres anteriores de la saga.

-Gracias mami, gracias por siempre escucharme y sorprenderme. -Dijo Rebecca abrazando a su madre.

Rachel tenía fortunas, por su profesión y por la herencia de su madre, pero así y todo era una mujer humilde a quien no le interesaba el dinero. La única gran compra que hizo fue una casa sencilla en lo alto de una montaña, el resto del dinero se lo dedicaba a sus hijos, ah, y a mantener al parásito de su esposo.

APOCALIPSIS: El Comienzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora