Alma

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Cuando la tristeza se cierne sobre el alma esta olvida respirar por segundos.
La voz se quiebra dejando escapar pequeños suspiros que cortan el viento.

La mirada va hacia un más allá que la propia mente no es capaz de entender.

El pequeño alma que hábitó en esa calidez se apaga dando lugar al frío más doloroso que existe, el vacío.

Las perlas recorren un camino disperso incapaz de ser redirigido.

Corriendo entre sombras el alma se siente perdida.
Las sombras quieren atrapar ese fulgor.

Corre.
Corre antes de que esos espinosos brazos te atrapen y vuelvan a encerrarte durante mil estaciones más.

Iluminalas tanto con tu fulgor que desaparezcan y no puedan volver a hacerte sentir presa.

Observa, como tus propios demonios sienten miedo.

La forma de los sin formaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora