Aquel lugar al que nadie deseaba ir, aquella terrible tortura a la que todos temían.
No mires...que viene, que te atrapa y no te deja escapar.Absorbiendo cada extremidad de su frágil cuerpo, paralizando toda posibilidad de desaparecer.
Por qué seguir pensando...No había pasos marcados, puesto que el camino era imposible para su mente.
Tan solo permanecía paralizada, en aquel intermedio lugar, en el que la nada se recreaba en un todo, en el que los sentimientos no eran capaces de ser expresados.Gritar no le serviría de nada. Su voz se había quebrado, no quedaban lágrimas, no había vuelta atrás.
Todo se desmoronaba hasta el punto en el que tan solo un reflejo le provocaba escalofríos. Se desmoronaba aquello por lo que trataba de luchar diariamente.
Una palabra comenzó a resonar en su cabeza. No la pudo soportar y trató de olvidar, de borrar del todo su pequeña alma.
El miedo le frenó puesto que el remordimiento seguiría resonando en el aire hasta el final de los días.
Hazlo, se decía. Inténtalo, no te rindas.
Fue dura la lucha, ya que no hay mayor demonio que el que llevamos dentro, el que nuestra propia inseguridad crea.
Un rayo de esperanza apareció de la nada y trato de avanzar de nuevo, el dolor esta vez era menor, los pasos eran lentos, pero al fin lo había conseguido, al fin era libre...
El camino no será fácil, el miedo y la inseguridad le frenarán miles de veces, pero mientras la aceptación y el amor sean capaces de permanecer todo podrá seguir hacia delante.
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La forma de los sin forma
PoesíaHablemos de la forma que tienen las cosas sin forma y démosle vueltas a la realidad.