A Million Dreams

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Pov Thor

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Pov Thor

Cuando se es niño, se ve el mundo de una manera distinta. Crees que todo te lo van a dar, que tus padres te van a engreír o a comprar lo que tú quieras, tal vez también prepararte tu comida favorita. Pero yo... Yo no pedía nada. Si, tal vez era un poco berrinchudo sin embargo, mis padres me criaron con buenos modales, aunque mi padre casi no estaba en casa, por lo que fui muy apegado a mi madre.

Tenía solo 10 años cuando papá murió en un accidente automovilístico, entonces la vida me enseñó lo dura que puede ser cuando no hay dinero suficiente, puesto que yo heredaría los bienes de la empresa cuando sea mayor, pero para ese entonces mi mamá se hizo cargo cómo pudo aunque a las finales se lo dejó al CEO todo hasta que yo esté capacitado. Aun así ella tenía las ganancias pero decidió ahorrarlo en vez de gastarlo en lujos como hacia papá.

¿La vida es así de dura siempre o lo es solo cuando se es niño?

Oh no.

Así es siempre.

Pasé de una escuela privada a una propia del estado, de juguetes caros y paseos casi a diario, a solo un o dos juguetes en mi cumpleaños o en navidad, y a salir a pasear solo algunos fines de semana. Seguía viviendo en la misma casa pero ya no era como antes, ya no escuchaba a sus padres hablar en el desayuno como todas las mañanas o ver una película en las noches. No eso ya era cosa del pasado.

La escuela era lo único salvable, los niños eran más abiertos y no tenían límites, se divertían a costa de los maestros lo cual era muy gracioso ya que en una escuela privada son demasiado estrictos; aparte de eso en esta escuela había vacaciones dos semanas cada fin de trimestre! Eso sí me gustaba, además de no exigirnos mucho en hacer los deberes.

Si, la estatal se volvió mi segundo hogar, fue fácil para mí abandonar mis modales a la hora de ingresar, podía hacer travesuras y no habría ningún regaño de por medio, hice amigos muy rápido en menos de una semana, mi maestra eran un amor, el patio de juegos era inmenso... Si, aunque mi vista se fue a un niño de cabellos negros y ojos esmeralda.

Si mal no recuerdo eso fue a mediados de Agosto, ya llevaba cuatro meses estudiando y no lo había visto en ningún momento, fue cuando me fijé en su ropa y mochila, tenía un toque europeo, cuando entramos al aula supe que estaba en lo cierto, el niño había llegado de intercambio por unos meses y para variar al parecer sus padres tuvieron la misma idea que los míos, que mejor que llamar a su hijo como un dios nórdico, yo era Thor y él era Loki. Vaya redundancia...Nótese mi sarcasmo.

Desde ese momento quise conocerlo, ver más allá de ese niño que se alejaba del resto llevando el mismo libro de pasta azul leyéndolo bajo ese viejo roble. Un día, después de casi una semana de planear cómo hablarle, me animé a sentarme a su lado y preguntarle qué estaba leyendo. Él solo se encogió en su sitio mirándome algo incómodo, pero con obvia timidez me contestó en voz baja un:

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