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7º Pasear en barco.

8° tener una cena romántica hermosa en el salón del barco.

Regresar a casa.

—Voy al baño primero. —dijo Lauren, subiendo las escaleras.

—Ajá —concedió Camila, analizando la sala de estar, ya familiar. Parecía intacta.

—Me extrañaste? —Mofó Lauren, parándose en medio del camino.

Camila rodó los ojos.

(...)

Cuando Lauren salió por la puerta lateral de la cocina, vio que Camila estaba retirando la protección de plástico forrado que cubría el barco, anclado a unos metros de allí. Era un barco muy bonito, percibió Lauren. Blanco, no muy grande, ventanas y puertas en un azul marino náutico.

De hecho, había salvavidas anaranjadas colgados. Lauren se rió, acercándose.

—¿Que pasó? —Preguntó Camila, viéndola reír.

—Tiene hasta salvavidas. —apuntó Lauren.

—Lo dices como si fueran inútiles. —respondió Camila, preparando la rampa para subir.

—Estoy temblando de miedo.

Lauren rodó los ojos mientras Camila abría la puerta. Entraron en la cabina de control del piloto, totalmente moderna.

—¿Prefieres un timón? —Preguntó Lauren, inocentemente. Camila se encogió de hombros.

—Cualquier cosa sirve. En barcos.

Lauren vio todavía, al fondo, una pequeña cocina y un armario. Subió una escalera, que daba a una suite del techo de abajo, acogedora y confortable. Volvió a la planta baja y vio que Camila estaba bajando otra escalera, que daba a la parte sumergible del barco.

—Bonito. —dijo Lauren, encontrándose con un aposento repleto de sofás, libros, mapas y globos terrestres. Una perfecta oficina de la marina antigua.

—Vamos a ver si esta cosa funciona. —dijo Camila, volviendo a subir las escaleras, pero Lauren permaneció allí.

(...)

Camila tendría que agradecer a los científicos más tarde, definitivamente. Después de todo lo que había pasado en los últimos días, dirigir un barco era exactamente la terapia que ella necesitaba.

Posicionó los comandos automáticos y salió a la cubierta, riéndose consigo misma al encontrar un antiguo timón de adorno.

—Nada que no haya leído. —contestó Lauren, encontrando a Camila parada en la cubierta, observando el mar de forma compenetrada.

—Más te has pasado un buen rato allá dentro.

—Sólo pensando. —Lauren suspiró. Al puerto, en el horizonte, el sol se estaba quitando.

—Oh.

Se quedaron en silencio, mirando el sol irse lentamente.

—Fue un día loco. —susurró Lauren.

—Um? —Hizo Camila, desviando la mirada del sol para mirar a Lauren.

—Desperté abrazada contigo. Hicimos las compras juntas.

—Te pusiste celosa del muchacho inocente de la tienda. —sugirió Camila, interrumpiéndola.

—¡Hicimos un picnic a la orilla del río Sena! —Continuó Lauren, ignorando la interrupción.

The Experiment [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora