Era Domingo por la mañana eran las 10:00am. Y recién me estaba levantando, baje las escaleras hasta la cocina y vi a mi madre sentada dándome la espalda, tomaba te y miraba un punto fijo por la ventana, al parecer aún no notaba mi presencia.
-Buenos días má-dije dándole un sonoro beso en la mejilla , sobresaltándola un poco.
-Buenos días tesoro-dijo sin despegar la vista de la ventana.
Me serví un vaso de leche fría, estaba apunto de salir de la cocina...cuando mi madre me detuvo.
-Espera...-dijo con un hilo de vos.
-si...?-dije extrañada...algo le pasa.
-Vanesa necesito hablar con tigo- wow esto de verdad era grave ella nunca dice mi nombre si no es algo serio.
-que sucede...-dije sentándome a un lado de ella.
******
Y aquí me encuentro ordenando mis malditas cosas para irme a vivir a la casa de mi nuevo "padre" a pesar de que no me gusta mucho la idea, no quiero hacer sentir mal a mi madre ya a pasado por mucho, y además tampoco será tanto, sólo será hasta que mamá tenga suficiente dinero y un buen trabajo para que tengamos una buena vida, aunque es feo lo que esta haciendo, aprovecharse de ese pobre hombre...,bueno aveces a si es la vida...sólo espero que no se enamoré.
O encariñe con el, eso sería terrible prefiero que encuentre un hombre maduro y que la quiera no por su físico si no por como es ella.
Agarre mi bolso con mi ropa, mi teléfono y mis audífonos lo mas importante.
Puse todas mis pertenencias y cosas así en otro maletín y baje, dejando mi habitación completamente vacía, en total llevábamos entre las dos 4 maletas y 2 bolsos cruzados más la cartera de mi mamá.
-El chofer de Justin nos recogerá en 40 min. Más así que bañate y ponte decente-dijo mi madre saliendo de su habitación
Traía un vestido que le llegaba a los muslos color negro con espalda abierta y un escote que dejaba poco a la imaginación, unos tacones aguja negros y unos aretes de diamante que combinaba con su collar que le había heredado su abuela, y traía su cabello rubio hacia un lado.
-Esta bien...-dije un poco molesta la verdad no me gustaba arreglarme mucho.
-Mmm..., se que no te gusta arreglarte-dijo mi madre sonriendo-por eso mismo quiero que vayas a bañarte y yo te arreglare-dijo sonriendo maliciosamente.
-No...no,no,no y no- dije con cara de espanto, la última vez que mi madre me arreglo termine en el hospital por usar esos estúpidos zapatos de aguja, ademas de que la ropa ajustada no iba conmigo
-Tranquila cielo-dijo para calmar mis nervios- no será como la última ves...ya ve a bañarte.-dijo empujándome hacia el baño.
Ya no tenía escapatoria.
Encendí la ducha, me quite la pijama y me quedé bajo la tibia agua caliente unos segundos, luego pase shampoo, acondicionador y por último me enjabone el cuerpo, deje que el agua limpiara mi piel y luego salí para envolverme en una toalla.
Me amarre mi cabello negro, si todo lo contrario al rubio de mi madre en un desordenado tomate.
Tuve la desgracia de ser parecida al estúpido de mi padre, me hubiera gustado ser rubia y mas parecida a mi madre en su forma de ser
salí del baño.
-lista?-dijo emocionada mi madre.
Yo sólo la mire confundida.