¡Feliz cumpleaños, Bakuku!

Vive por mí. [Fase IV]

Título: Vive por mí

Personajes: Katsuki Bakugou, una chica.

Shipps: Bakugou x OC

Advertencia: Ninguna

No. De palabras: 3570

Contrincante: @Sasuki_Gore (no deja etiquetar :c)

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Todo comenzó como un día cualquiera, aunque acabó como el peor suceso que nadie quiere experimentar: la muerte.

Cuando sus padres murieron, ella apenas era una niña, que no sabía nada del mundo ni de su maldad. Entonces, sus súplicas fueron escuchadas, y una pareja de reyes la encontró y salvó.

Aquellos reyes le dieron lo que necesitaba: una segunda oportunidad, y poco a poco pudo recobrar una bella sonrisa.

Aunque ya nada podía ser igual, todo el mundo la culpaba como si ella fuera la muerte en persona, y así su corazón se llenó de odio. Así que un día, salió en busca de los asesinos de sus padres, pero falló en su venganza, y aquellos reyes que la habían salvado ahora necesitaban ayuda y ella no estaba para brindárselas. Así, su alma fue robada.

Pero entonces algo mágico ocurrió, un príncipe que lloraba por la muerte apareció frente a ella, y encontró en su mirada lo que mucho tiempo estuvo en la suya: dolor, enojo y arrepentimiento. Así que decidió que lo ayudaría, aun cuando muriera, ella lo encontraría y lo salvaría.

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Cuando Katsuki Bakugou fue nombrado líder de la tribu apenas alcanzaba la edad de 10 años. La muerte de sus padres fue un duro golpe para todos, más para el pequeño sucesor; a partir de ese momento las cosas jamás volvieron a ser las mismas, tuvo que madurar y dejar de ser un inocente niño.

Creció como uno de los mejores jefes que la tribu había tenido, sabio y honrado, además de poseer gran fuerza física e inteligencia. Poco a poco, con el apoyo de sus súbditos fue retomando la felicidad que le fue arrebatada.

El soberano de un reino vecino, de linaje de magos y brujas, contactó con él para proponerle un acuerdo: unirían sus soberanías con el casamiento de Bakugou y su hija en cuanto ambos fueran mayores de edad. Él aceptó, y así comenzó su historia con Uraraka Ochako, una futura hechicera y princesa. Aunque al principio lo hizo por el bien de su reino, terminó enamorándose de la tierna muchacha. Con este acuerdo, los recursos del pueblo crecieron y se enriquecieron.

Sin embargo, un trágico día una manada de dragones atacó su aldea, destruyendo edificios y cosechas. Bakugou, intentó salvar a cuantos pudiera, pero perdió todo, de nuevo quedó solo y a cargo de un peso con el que no podía lidiar. Las personas lo odiaron por mucho tiempo, culpándolo de lo ocurrido, recriminándole que debió haber muerto junto a su pueblo y prometida. Un día, se alejó de toda la humanidad y se dedicó a pensar en sí mismo, nadie supo nunca más de él.

Años después de lo sucedido, Bakugou se encontraba entrenando. Su fiel compañero Kirishima, un dragón macho rojo, cuidaba el perímetro. Katsuki se había vuelto el mejor cazador y domador de criaturas, en especial de dragones, su sola presencia aterraba a todos los seres mágicos.

Su torso desnudo estaba cubierto por una fina capa de sudor, y sus nudillos estaban atados con una venda para evitar lastimarse innecesariamente. Un crujir de ramas tras de él lo alertó y dejó de golpear el improvisado sacó que había hecho con cuero de dragón. Kirishima también levantó sus fauces listo para atacar a quien fuera. Bakugou tomó su arco y apuntó firme hacia un árbol. Disparó una flecha que atravesó el tronco y corrió para ver si había dado en el blanco.