¡Feliz cumpleaños, Bakuku!

El juicio. [Fase V]

Título: El Juicio

Personajes: Katsuki Bakugou, Kirishima Eijirou, Midoriya Izuku, Todoroki Shouto.

Shipps: Ninguno

Advertencia: Mención de máquinas de tortura.

No. De palabras: 1717

Pecados elegidos: Ira, Soberbia.

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—Bakugou Katsuki. Procederemos a comenzar el interrogatorio de rutina. Deberás contestar únicamente con la verdad, cualquier sospecha de farsa será castigada. Bien, ahora comencemos.

La joven dama frente a él resaltaba entre las blancas paredes del pequeño cuarto donde estaban. Bakugou aun no entendía por qué estaba ahí, sin embargo, no tenía intenciones de averiguarlo.

—Tsk, como sea.

La chica sacó un pedazo de papel y comenzó a escribir en él.

—¿Has consumido alcohol y/o drogas?

—No.

—¿Has sido infiel?

—No.

—¿Has robado?

—No.

—¿Has descuidado tus deberes como ciudadano?

Bakugou resopló y volvió a negar. Con cada respuesta la mujer escribía en el pedazo de papel.

—¿Has lastimado física o verbalmente?

—No.

Esta vez, la chica levantó la cabeza para ver a Bakugou. Sus grandes y redondas gafas brillaron levemente y luego volvió a mirar hacia el papel.

—¿Has creído inferior a los demás?

Nuevamente Bakugou negó.

—¿Has sido tolerante con todos y cada uno de tus inferiores?

La pregunta desconcertó a Bakugou; frunció el ceño desorientado y observó fijamente a la chica. Después de un rato, ella volvió a apuntar algo en su hoja.

—¿Has gloriado tu poder, físico o demás?

—¿Disculpa?

La chica volvió a apuntar en su hoja de papel.

—¿Has pecado?

Mientras hablaba, la chica tomó una jarra y vació su contenido en dos pequeñas tazas. Le acercó una de las bebidas al joven rubio y esperó su respuesta.

—Todos han pecado alguna vez. —dijo acercando la taza hacia su cara. Olisqueó el contenido y luego lo llevó a sus labios, donde dio un gran sorbo.

—Eso no contesta mi pregunta.

Cuando Bakugou retiró la taza de su boca, se encontró cara a cara con la chica. Ahora que la tenía tan cerca, pudo apreciar sus facciones a la perfección; era alguien completamente desconocido, pero su rostro se le hacía muy familiar.

Bakugou dejó de respirar al sentir como fuertes punzones se situaban en su cabeza, obligándolo a cerrar los ojos.

'' —...Así que fuera de mi camino, extras.

—¡Bakugou-kun! ¡no deberías tratar así a los alumnos de otros salones! Simplemente no puedes andar diciéndole a todo el mundo que son extras.