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Seguro te preguntas quien soy, pero tranquilo, todo llega a su debido tiempo; creo que debería preocuparte más lo que hago y lo que puedo hacer, sin embargo para ello debemos empezar por el principio, no lo crees?

Presta atención a lo que te voy a decir, pues es un secreto que solo te voy a revelar a ti.

El hospital no es un lugar en el que pensemos cuando hablamos de felicidad, pero sin duda alguna ocurre una de las cosas más felices de la vida de una... puede ser mujer, de una pareja o incluso solo de un hombre, el nacimiento de un bebé, aquel momento en que cargas esa pequeña vida entre tus brazos y sientes apego a ella sin necesidad de esperar años a que hable y puedas conocerla, solo la tienes contigo y el mundo desaparece, eso es algo que mis padres vivieron, cuando el doctor me reviso estaba completamente sana, me llevaron a otro cuarto y me vistieron, no me llevaron de vuelta con mis padres, jamás sabré que les dijeron para convencerlos de que me tenían que dejar en observaciones y lo digo por que pienso que les pudieron decir eso, en realidad no lo sé, pero si sé que jamás conoceré a aquellas personas que me dieron la vida. Te preguntaras que fue lo que pasó, bueno, en el mundo del que formó parte deben elegir a esos desafortunados que llegan a él, esas pobres almas que sin más deben vivir el camino en que fueron puestos, si sobreviven.

Un alto hombre de cabello oscuro, ojos color café penetrantes que te miran desde su pedestal y te dicen "ensucias mi espacio, fuera de mi vista", totalmente vestido de negro y sin decir una sola palabra en todo su trayecto por el hospital llegó hasta la habitación donde me encontraba, el doctor me paso a él y fue la última vez en años en que estuve fuera de esa cárcel.
Me llevó al medio del bosque, un gran bosque que en realidad parecía una selva a un lado de la ciudad, nadie entra allí, por que nadie sale, solo existe una manera de entrar y salir, deben darte permiso. Este hombre me tuvo en brazos y se internó en el bosque, pues, el permiso siempre lo tiene, caminó y caminó hasta que llegamos a mi última parada por los siguientes dieciséis años, llegamos a la escuela.

Para la mayoría de los estudiantes la escuela es una tortura, trabajos, exámenes, y horas lejos de casa, pero al menos pueden salir y volver a su casa, yo no, ese lugar fue mi casa, escuela y patio de juegos, estuve en una cárcel para inocentes. Este hombre me dejó en la sala de los bebés, y se fue, pero constantemente me visitaba, así fue como llegué y crecí dentro de aquellas paredes. Ese año fue portada de los diarios la desaparición de bebés, por todo el planeta, todos los países fueron víctimas de estas desapariciones, nunca supieron que estábamos a plena vista de ellos, pero ya saben, muchas veces lo que uno busca está a plena vista y no lo encontramos.

Desde que tengo memoria estuve dentro de la escuela, la persona que considero un "padre", es el hombre que me llevó hasta ahí, síndrome de Estocolmo?, quizás, pero era el único que podía entender lo que me pasaba y a pesar de su duro aspecto era muy amable.

Y así fue como cumplí cuatro años, con miles de niños que también cumplían la misma edad, creo que uno no espera escuchar esto en tal momento de la infancia:

-Niños y niñas, desde este momento considérense en pleno entrenamiento, entraron aquí siendo inocentes bebés, pero saldrán siendo brutales asesinos, tienen el honor de estudiar en una de las mejores escuelas de asesinos del mundo, estén preparados por que no saldrán de aquí con inocencia en sus rostros.

En ese momento solo estaba viendo como aquella mujer nos hablaba, no entendía absolutamente nada de lo que decía, estábamos en una sala gigantesca de color blanco con asientos azules, esa mujer junto con más personas todas de negro se encontraban frente a nosotros, todas paradas en una posición casi militar, no se movían en absoluto, solo nos miraban, en ese momento note algo diferente, algunas de esas personas que acompañaban a la mujer tenían pequeños detalles de color blanco en sus trajes, extraño, pues era la primera vez que veía personas con trajes así. Éramos alrededor de mil niños solo en esa sala, no podría decir si alguien en ese lugar entendió algo, con cuatro años dudo que uno de nosotros supiera que significaba asesino, esa mujer seguía hablando, pero no puse la más mínima atención, probablemente sólo relleno su discurso, que puede ser más directo e importante que decir "serán asesinos". Salimos de esa sala y nos llevaron a nuestras habitaciones, compartía habitación con una niña, pero no la había visto nunca, no hablamos en todo el día, y no es que no supiéramos hacerlo, ya sabíamos hablar, pero me parecía grosero decirle:

Cúspide Del AsesinatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora