2

18 3 2
                                    

Pasaron los minutos y yo seguía en la cama tratando de procesar que estaba ocurriendo, esa niña no había llegado a la habitación. Si no la había visto en mi parte de la escuela, era más que obvio que estaba en otra, y allí llegaron más preguntas, ¿como la mataron?, ¿fue de la misma manera que a los que yo vi?, ¿fue diferente? Una pregunta tras otra.... Que fueron interrumpidas.

Sonó una alarma, nunca la había escuchado, era estruendosa, sentías como rebotaban los tímpanos con cada ruido, la puerta que de por sí estaba con llave fue reforzada con una reja de metal, solo había una salida que era la ventana, pero me encontraba en un quinto piso, hubiera sido realmente estúpido salir por ahí, así que solo me dediqué a ver por la ventana, no había nada a la vista, resulta que miraba en la dirección equivocada.

Disparos, uno tras otro, venían de una dirección, derecha, sea lo que sea que estaban buscando esas balas dudo que hubiera podido ir muy lejos, dejaron de oírse, que estaba pasando? Me acerque a la puerta, no pudo haberse acabado esto, primero por que la reja aún no desaparecía, segundo por que podía escuchar pasos que no eran tan distantes....

-Es hora de cazar con arma blanca- Arma blanca?, Que es eso?, quien hablaba? Y por sobre todo, a quien iba a cazar?

Después de eso sentí un ardor en la mano, la mire y pude ver que tenía algo filoso atravesandola, no sé por qué no grité, no sé si fue por la impresión de que algo la atravesó o por qué aquella persona que tiro este objeto estaba parada enfrente de la puerta, tape mi boca con mi mano libre, estaba llorando descontrolada, pero sin hacer mucho ruido, sentí como ardía mi mano de nuevo, pero ya no estaba esa cosa, el hombre se fue. En este punto comenze a gritar, lloraba y gritaba, la mano dolía un infierno, fui al baño que estaba en la habitación y traté de lavar y limpiar la sangre, no funcionaba, busqué algo dentro de esa maldita habitación para tratar de que dejara de sangrar, solo me quedo tomar la funda de la almohada y enrollarla en mi mano, cosa que hize mal.

Paso un rato y todavía no quitaban la reja de la puerta, mi cuerpo se sentía cansado, quería dormir con desesperación, pero mi curiosidad era más fuerte que mi miedo y mis ganas de dormir, quería saber que pasó, cuando estaba por rendirme y comenzar a dormir la reja se levantó, las luces se encendieron, podía salir a ver que era todo eso, y no lo dudé, costó ponerme de pie pero lo logré, camine hasta la puerta y la abrí, el piso estaba lleno de casquillos, las puertas del resto de las habitaciones comenzaron a abrirse, los niños salían y observaban lo mismo que yo.

-Que fue lo que pasó aquí? - en ese momento no lo pensé, pero sinceramente esa niña que preguntó no pudo haber hecho pregunta más ridícula, ¿que esperaba?, ¿que le dijéramos que fue lo que pasó? Estábamos todos detrás de una puerta con reja, fue la pregunta más idiota que se le pudo ocurrir..... Pero si lo ves de manera normal, fue una pregunta de lo más normal en ese momento.

El profesor apareció y nos mandó a las habitaciones, vio mi mano y me llevó con él, el resto miraba cómo nos íbamos, debían pensar que me mataría, no los culpo, pero al menos yo no estaba nerviosa o con miedo, estaba tan cansada que las ganas de dormir eran más fuertes que cualquier otra cosa, hasta que mis piernas no daban más y me caí, desde ese punto recuerdo pocas cosas, recuerdo que el profesor me tomó en brazos, despues de eso recuerdo que los doctores estaban algo agitados llevando bolsas de sangre, me estaba muriendo, morir antes de convertirme en un asesino sonaba a un buen plan, estaba a punto de lograrlo, pero no me dejaron, desperté en una sala de color azul, con una enfermera al lado mío.

La puerta de la sala se abrió y se apareció el profesor, hablo con un doctor y después se acerco a mí.

-Como te sientes?

-Cansada- cansada pero intrigada respecto de lo que pasó, me negaron la muerte, así que quería una explicación de lo que paso ayer.

-Perder más de la mitad de tu sangre no es cosa fácil de arreglar, pero se logró así que puedes seguir viviendo - estaba sonriendo de nuevo, extraño hombre, un salvaje cínico que puede estar calmado y ser amable, algo me estaba perturbando, me sentía incómoda con la vista, algo no encajaba en todo el panorama, al observar un poco más detenidamente me di cuenta de que era, en el cuello de la camisa llevaba una línea blanca.

Cúspide Del AsesinatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora