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Era muy fuera de lo normal que mi profesor llegara así de agitado a la sala, en ese lugar todo podía pasar, pero lo que fuera que estuviera pasando debía ser algo grave.

En fin, me acosté en la otra cama del cuarto, de cualquier manera ahora esa cama también era mía, quedé mirando el techo y cerré los ojos, todo estaba tranquilo, ningún ruido, nada que alterara esa paz, ningún disparo, nada de alarmas.

La tranquilidad de ese lugar era tan relajante..... No me gusta. Quiero escuchar como se distorsiona esa paz entre gritos y balas. Miré la puerta, me levanté y me acerque con la intención de salir y saber que pasaba, pero me detuve, ¿que estaba pensando?, me castigarian si me descubren. No, no me interesa, eso solo hace más divertido (si, probablemente estés pensando que no tenía la menor idea de lo que estaba hablando, haciendo y pensando, y comparto tu opinión, pero la adrenalina que viví en esas semanas reclamaba volver y yo quería sentirla, cada parte de mi cuerpo la pedía y yo no iba a negarla). Sin embargo no fue necesario que yo abriera la puerta, alguien más la abrió.

Un hombre entró, era alto y bien parecido, con el pelo algo canoso, y la mirada más intimidante que vi en mis cortos cuatro años. Dio un paso para entrar en mi habitación, instintivamente yo di un paso para atrás, se rió, tenía los dientes perfectos, solo me quedo viendo. Nada estaba fuera de lo normal, él estaba totalmente de negro, no tenía nada blanco.

-¿Terminaste de examinar? -¿acaso debía responder?

-¿Quién es usted? - No sé que era peor, el que me atreviera a preguntarle o como me miró después de la pregunta. Ya de por sí su mirada me daba miedo, pero ahora me daba pánico. La mirada no tenía expresión y mucho menos emociones, sus ojos de color negro solo me miraban, era como si un agujero negro intentara tragarme.

-Quien sea yo no es importante, por ahora, tampoco es como que fueras a entender de cualquier manera, una débil niña de cuatro años no sabe nada acerca de nada.-

-Entonces, ¿que esta haciendo aquí?-Me miro pero no dijo nada, yo solo le sostuve la mirada. Cerró la puerta y se sentó en mi cama se acomodo y me hizo un gesto de que me sentara en la del frente, fui hasta la otra cama sin quitarle la mirada de encima y me senté.

-Te lo diré solo por que no podrías hacer nada con esa información. Fui contratado por asesinos de alto nivel para sacar a un niño de esta escuela y llevárselos, el chico debe cumplir con ciertas características que me pidieron.-Lo mire espantada, pensé que me llevaría a mi, pero eso no paso-Tranquila, no eres lo que busco, eso ya lo encontré, estoy aquí para matar algo de tiempo, espero verte de nuevo por que sinceramente me caíste bien.

Se levanto y se fue por la puerta. Extraño encuentro el de ese día, si me preguntaran que es lo que mas recuerdo de ese día, diría que fueron sus ojos, vacíos y sin vida, en un principio no tenia ninguna intención de decirme algo, después me dijo que estaba haciendo aquí, siempre con ese vacío en sus ojos, a diferencia de mi profesor que el si tiene una expresión siempre que nos ve, la mayoría de superioridad con sadismo, pero el día que me fue a ver a la enfermería una mirada amable. Ambos eran iguales, solo los diferenciaba el color blanco de las ropas, ¿Qué significaba eso?

Se escucho una explosión en las habitaciones de abajo

Seis años después.

Que maravilloso es el sonido de las pisadas de aquellas personas que corren por su vida. Y es todavía mas maravilloso sentir su miedo, esa agitada respiración y ver como parecen desorientados, todo por la acción del miedo, el miedo a ser atrapado.

Si te preguntas que estaba haciendo la respuesta es fácil, estábamos jugando......Claro que no cualquier juego, ¿Has jugado alguna vez a policías y ladrones?, bueno, la escuela completa estábamos haciendo eso, pero tuvimos ciertas diferencias con el original.

Cúspide Del AsesinatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora