Capítulo final: Nuevo amanecer

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Descubrí que el arte de recibir, no es producto de ninguna coincidencia, sino del dar. Recibimos lo que merecemos, es nuestra recompensa por saber esperar, porque una vez que aprendes a hacerlo, lo haces, y todo se vuelve mucho más sencillo.

Jake perseveró y nunca se dio por vencido, aún cuando la ciencia estaba en su contra, y cuando me lo contó, supe que en verdad me amaba. Al principio no le creí, pero algo tan increíble como lo mío sin duda proviene de mucho más alto; de donde ni la ciencia ni las leyes de este mundo tienen potestad. Y sí, con mucho orgullo y alegría puedo decir que soy la prueba de que el milagro existe, que no se necesita explicar, sino simplemente aceptar y agradecer por el.

Jamás había sido una persona tan creyente, sabía de la existencia de un Dios, pero ahora que ha tocado mi vida de la manera más íntima posible, no tengo dudas de su existencia, y ahora le agradezco infinitamente. Mi perspectiva y todo lo que soy, han cruzado un nuevo sendero. He sellado mi pasado para siempre, ahora, no es más que una etapa más en mi vida a la cuál cada vez que recuerde, lo haré sonriendo.

Me he despojado de mis inseguridades, y ahora la chica que veo en el espejo cada mañana es una completamente diferente y nueva. No estoy diciendo que mientras siga errando por la vida no sufriré, porque eso es imposible, pero ahora, voy con la seguridad de que no estoy sola, y que pase lo que pase, siempre me levantaré y me sacudiré las rodillas para avanzar de nuevo se la mano de Dios.

Sólo Dios sabe las cosas que me esperan de ahora en adelante, pero para mí ya son secundarias, y lo único que importa ahora, es ese sol brillante que veo tras el cielo gris que me ensombrecía.

Subestimar el poder de las palabras es también curioso, porque ahora no puedo dejar de admirarme con este vestido rojo, aquel que "no usaría" para la graduación.

—Sé que ya te lo dicho muchas veces, pero no me canso de decirte lo hermosa que eres.

Me giro sobre el asiento para ver a Jake viéndome una vez más. Le sonrío y es inevitable no sonrojarme cuando lo único que ha hecho desde que salimos de casa ha sido recordarme lo hermosa que soy. Sí, lo sé, muy cursi todo, pero a mí me encanta.

—Tú tampoco te quedas atrás —trato de surgir el mismo efecto que él provoca en mí, pero al parecer sólo aumento su ego. Típico. Pero le doy la razón, luce buenísimo con su traje negro y su cabello peinado hacia atrás. Su sonrisa coqueta lo hace ver aún mejor, y su loción es fresca y masculina, perfecta para querer abrazarlo toda la noche. ¿Pero saben qué es lo mejor? Que todo eso es mío.

Hoy es el día de nuestra graduación, el día al que jamás creí llegar.

Jake se baja del auto para abrirme la puerta, pero yo lo hago primero. Ja, arruinando el romanticismo desde tiempos memorables. Al entrar al salón, la música es lo primero que me llena, y luego las personas. Las chicas lucen realmente hermosas, todas llevan vestidos diferentes y hermosos a su manera. Sus parejas las miran como si en el mundo no hubiera nada más bello que ellas, y la verdad no sé si sea la emoción del momento o por como van vestidas, pero es lindísimo el gesto.

La decoración del salón es de un dorado con tonalidades rojas y azules brillantes que le hacen un contraste genial. Las mesas están cubiertas por manteles blancos y grandes floreros se alzan sobre ellas, haciéndolas ver más imponentes. Cada mesa lleva el nombre de cada familia, y en su mayoría, todas están llenas. La pista brilla y ya hay personas bailando al son del dj que se esmera en tocar sus mejores mezclas.

Oí que Emily se encargó de organizar el After Party después de la graduación; estuve indecisa en ir o no, pero al final decidí hacerlo, además, ella forma parte de mi pasado, y mis amigos y mi novio me acompañarán, así que, Why not?

Cielo gris (final) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora