Y sus votos matrimoniales decian:
"En la salud, como en la enfermedad. En la riqueza, como en la pobreza hasta que la muerte los separe" ¿o era Kim Seokjin?
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La mañana llegó con un clima caluroso de verano y una ligera brisa refrescante. Wendy gimió al cerrar la puerta de su auto, su cabeza palpitaba por la resaca. Casi podía escuchar la música alta del club donde sus amigas la arrastraron.
Se dirigió a la casa jurando que las noches en los clubes definitivamente estarían fuera de su vida por un tiempo. Una agradable y tranquila cena con las chicas hubiera sido mejor que los ruidos desiguales que los jóvenes definen como música. Wendy se rió ante la idea de preguntarse cuándo su vocabulario se volvió tan de "abuela".
La puerta principal se abrió dejando entrar el clima cálido, dejó su bolso y se quitó los tacones altos que lamentaba haber usado en primer lugar. Bailar con ellos era un infierno, y demasiado doloroso. Se preguntó cómo lo hacia en primer lugar en sus años de juventud.
Wendy frunció el ceño al escuchar un suave gemido en la sala de estar, rápidamente se dirigió hacia allí y encontró a Yoongi durmiendo en el sofá. Estaba sin camisa con su pijama demasiado bajo en su cintura, ella se mordió el labio inferior por lo caliente que era la imagen. A pesar de todos los años que pasaron juntos, su esposo seguía siendo tan sexy como el primer día.
-Cariño, ¿por qué estás durmiendo en el sofá?
Ella sacudió el hombro de Yoongi y lo despertó lentamente, su mano viajó por su pecho vagando sobre la cálida piel. Había pasado un tiempo desde que hicieron el amor, y ella realmente lo ansiaba.
-Me quedé dormido.
Yoongi se aclaró la garganta, su voz era ronca y baja por el sueño. Se sentó en el sofá y estiro su espalda, al instante lamentó su decisión de dormir allí. Cada músculo de su cuerpo le dolía por la incómoda posición en la que paso horas.
Wendy le dirigió una mirada de desaprobación, su mano izquierda le frotó la espalda tratando de aliviar la tensión obvia allí. Rápidamente se transformó en algo más, Yoongi se inclinó y le besó los labios. Su corazón dio un vuelco, debido a la culpa que le aplastó el pecho por la noche anterior. Su beso era dulce y le recordó sus votos.
Hasta que la muerte nos separe.
Yoongi ahuecó sus mejillas profundizando el beso, tratando de sentir algo allí. Cualquier cosa que no fuera la culpa dolorosa y la nueva sensación de crecimiento que no quería reconocer. Sus labios eran suaves, delicados y sabían a fresas. Sin embargo, su mente vagó a otro lugar, a un territorio peligroso gobernado por una piel pálida y suaves gemidos obscenos.
Wendy sonrió en el beso que confundía a su marido con la pasión por ella cuando se trataba de cierto chico adolescente que vive con ellos. Las manos grandes agarraron su cintura curvilínea y la empujaron sobre el regazo de Yoongi.
Wendy dejó de sonreír y se apartó de su marido, sonrojándose furiosamente. Su sobrino la encontró encima de Yoongi, casi teniendo sexo en la sala de estar.
