Jack's Phone; Jack Johnson

107. Narrado

Narra Jack.

-¡¿Ahora qué haremos?! -grité asustado, después que las chicas se fueron y actuamos como hombres que tenían una solución y todo bajo control se desató el caos.

-¡Me corté el cabello por culpa de ustedes, pendejos! -gritó Nash señalando su coco.

-¡¿POR QUÉ ME HICIERON ESTO A MI?! -gritó Gilinsky- yo sabía que era mala idea -dijo casi llorando.

-No podemos dejar que nos consuma el pánico -dijo Hayes y todos volteamos a verlo, estaba en el medio del círculo- Oh oh.

-¡¡TODO ESTO ES TU CULPA!! -gritamos todos y lo golpeamos.

-¡Chicos paren! -chillaba la nena esa. No puede ser. Todo es su culpa, ¿Ahora qué haremos? Debemos ir al ejército el próximo lunes y empezar a entrenar, no llegaremos ni al día.

-¿Estás consiente que no será como Mulan y aprenderemos a través de una canción de guerra, verdad? -dijo Carter hecho furia.

-¿Quién dice que no? Puedo llevar mi guitarra y... -dijo Shawn y lo interrumpimos con nuestro grito al unísono más sincero.

-¡No!

-Bueno, chicos, prepárense para luchar por su país -dijo Taylor después de pintarse rayas negras en la cara como futbolista.

Después de darnos cuenta que no teníamos de otra, las chicas enojadas por nuestra estupidez no nos ayudaron a solucionar cómo salir de este lío. No nos quedó de otra que hacer nuestras maletas para este desastre. Fuimos resignados con las chicas, las cuales se despidieron como si no les doliese en lo absoluto.

-¡Seremos hombres de verdad! -dijo Taylor emocionado. Carter le dio un lepe.

-Tú no puedes ser más idiota porque es imposible.

-Chicos, rápido que vamos con el tiempo justo -dijo Nash- si queremos salir rápido de aquí hay que hacer lo que digan al pie de la... -dio el discurso mientras entrábamos en la base.

-¡Soldados! ¡Firmes! -nos gritó un hombre cabello corto, de aproximadamente dos metros, fuerte como un roca.

Del susto dejamos todo caer y nos pusimos firmes... firmes contra el suelo con las manos en la cabeza.

-¿Qué son estas horas de llegada? Se les convocó a las 14 horas -dijo con su tono alto y firme.

-Bueno... eso es las 4 de la tarde... ¿no? -dijo dudoso Nash. Lo voy a matar. ¿Por qué nadie más lo revisó?

-¡Eso son las dos de la tarde soldado! -gritó el general al mando supongo- ¡Dejen sus cosas y a dar vueltas en el campo por dos horas! -gritó y vi a los chicos y ellos me observaban a mi ya que estaba justo delante de él. Nos levantamos lentamente y tragué grueso.

-General, nosotros...

-¡Ahora!

-¡Señor, sí señor! -grité asustado y salí corriendo.

El mes entero fue una tortura. No podía con tantos entrenamientos, los chicos simulaban poder sobrellevarlo pero obviamente era mentira, día y noche debíamos entrenar, más que todo en la noche porque al día con ese sol que había no llegamos ni a completar medio circuito. El ejército es solo sangre, sudor y lágrimas, siempre más sangre de Cameron que de cualquiera más pero detalles.

-Chicos, hay que salir de aquí -dijo Gilinsky tirándose en la cama completamente exhausto.

-Estoy de acuerdo -dijo Shawn con la cara en su almohada. No podía con su alma ya, ninguno de nosotros podía dar más.

-Ey, muchachos -se acercó un chico con aire misterioso. Uno de los soldados más callados pero con mucho potencial, nada comparado con nosotros- Los puedo sacar de aquí si así lo desean -dijo apoyándose de la litera.

-Sigue hablando -le dije acercándome a él.

-Será riesgo, el nuevo General no deja ir a los nuevos así como así, hasta verlos llorar como nenitas y ver que no son lo suficiente hombres para la guerra.

-De eso nos dimos cuenta -dije rodando los ojos.

-Pero, si hacen un trato con él, puede que los suelte más rápido, porque si todavía siguen aquí cree que pueden soportarlo o que quieren seguir aquí -dijo el muchacho. Se sobaba la barbilla con un toque dramático.

-¿Cuál trato? -preguntó impaciente Hayes.

-Díganle que completarán la falta de gente que tengan en una misión, más, es su última misión porque se quieren ir y no volver nunca -dijo sonriente orgulloso de su análisis.

-No es mala idea -dijo Shawn- honestamente, es lo mejor que tenemos hasta ahora.

-Claro, somos una cuerda de imbéciles juntos -dijo Carter bufando.

-¿Lo hacemos? -pregunté viendo detenidamente la cara de todos.

-Guerra avisada no mata a soldado.