Sueño 3- Empresa

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En este sueño hay tantas cosas que explicar, que este humilde narrador no sabe ni como comenzar a explicárosla. El anterior sueño que os pude llegar a relatar surgía en un bar, ¿verdad?, bien.

De ese sueño al que hoy os voy a contar han transcurrido aproximadamente 4 meses, donde nuestra protagonista no ha soñado absolutamente nada, ni con Z, ni pesadillas, ni cualquier otro sueño, nada.

Ella apuntaba todos esos sueños donde salía nuestro apuesto hombre en una pequeña libreta, la cual guardaba en su mesita de noche. Al llegar a casa se sentó al borde de la cama y se puso a ojearla.

-En un piso...en un pub...- susurró mientras ojeaba las páginas- Todo son sueños lúcidos, y en todos sale este hombre...- cerró la libreta posándola en la mesita mientras soltaba un pequeño suspiro de frustración- Pero porque siempre es él... me suena tanto de haberlo visto antes...

-En fin, no vale la pena darle vueltas a un asunto así- dijo mientras se levantaba de la cama y procedía a ponerse su pijama y echarse a dormir, en lo cual no tardaría pues su trabajo la dejaba agotada.

Sonidos ajetreados

Al abrir de nuevo los ojos se encontraba dormida y apoyada en un escritorio de oficina y veía a gente ir de aquí para allá con montones de papeleo. A lo cual se sentó derecha y comenzó a revisar su ordenador.

- ¡Ania! El jefe lleva preguntando por ti 15 minutos, ¡ve rápido!- apareció una mujer de pelo castaño claro muy alterada apoyándose en el escritorio de nuestra protagonista con una mirada de preocupación.- ¿El jefe? Oh, perdona, ni me había dado cuenta, ahora mismo voy tranquila. - procedió a levantarse y caminar hacia el despacho de su supervisor no sin antes darle una sonrisa tranquilizadora a su compañera.

1 minuto más tarde se encontraba ante la puerta del despacho de su jefe, golpeando la puerta con sus nudillos despacio.

Uno

Dos

Tres

- Adelante, pasa- se puedo oír desde dentro de la sala una voz grave, a lo que ella inmediatamente abrió la puerta entrando y cerrando tras de sí, quedando estática mirando a su jefe, el cuál estaba sentado en una silla de cuero negra mientras ojeaba unos papeles.- Ania, ya estás aquí, siéntate, ya pensaba que tenía que ir a buscarte.- le ofreció una sonrisa ladina a su empleada.

Ania se quedó un poco sorprendida por el comentario de su jefe, pero decidió guardar la calma y sentarse, tal y como le había mandado.- Perdone que tardara no era mi intención, ¿en que necesita mi ayuda jefe?.- La verdad es que era muy buena pregunta, puesto que no recuerda haber cometido ningún fallo en su trabajo ni dar ningún motivo para una sanción.

- No es que necesite tu ayuda- dijo el hombre con una voz profundo mientras dejaba los papeles a un lado y la miraba, otorgándole toda su atención.- Simplemente me gustaría saber porque una de mis empleadas se encontraba durmiendo en su puesto de trabajo cuando he llegado de una reunión.- tras eso le ofreció una sonrisa, pero una sonrisa un tanto cínica puesto que detestaba ese tipo de comportamientos en la oficina.

Ella se quedo anonada, no sabía como explicarse. Sentía como su cara empezaba a calentarse por la vergüenza que estaba pasando, además que su jefe no dejaba de mirarla y por ende solo supo dirigir su mirada a sus propias manos mientras tartamudeaba- E...en verdad lo siento jefe...he estado muy estresada últimamente y caí rendida en el escritorio... d..de verdad que no volverá a ocurrir...lo siento muchísimo-.

Ante esto él se levantó en silencio cerrando la puerta con pestillo y entonces dirigiéndose a ella, cogiendo su mentón entre sus dedos y obligándola a abrir los ojos- ¿Estresada? ¿He impuesto tanto nivel de trabajo como para dar ese nivel de estrés?... ¿O es referente a otros temas personales señorita?.-

Ella no se atrevía a mirarle a los ojos por lo que simplemente evadía el contacto visual, por la vergüenza que estaba pasando.- N...no lo sé señor, supongo que ambas, pero de verdad que no volverá a suceder.- alzó la miraba atreviéndose entre algunos temblores esporádicos.- Procuraré dar con una solución para combatir el estrés.

Ante esas palabra al mayor le salió una sonrisa mientras su pulgar pasaba de estar en su mentón a acariciar sus labios.- Como en parte es culpa de la empresa... te ayudaré a aliviar ese estrés...-el hombre no sabía porqué, pero su empleada tenía algo que lo volvía loco. Entonces procedió a acariciar uno de sus muslos por encima de su falda de tubo.

Ania no daba crédito a lo que estaba pasando. No es que su jefe fuera feo, al contrario, era un hombre muy atractivo, que además ganaba puntos estando en aquel traje.- Señor esto...si nos ven...-la idea de que alguien los viera la excitaba, pero tanto ella como él podían meterse en serios problemas.-

El hombre rio un poco por lo bajo ante el comentario de la chica.- ¿Te preocupa más eso que el hecho de que te pueda despedir? .- procedió a darle un suave beso en los labios y se arrodilló en el suelo delante de sus muslos depositando un suave beso en la parte interior de sus rodillas.- Eso sí que es una sorpresa, señorita...- fue subiendo su falda poco a poco con sus manos mientras depositaba besos en sus muslos.

No podía dar crédito a lo que estaba viendo, su jefe estaba de rodillas delante de ella besando sus piernas y bajando su ropa interior. Debería pararlo, pero no quería por lo que solo se le ocurrió depositar una mano en su pelo mientras veía como se adentraba entre sus piernas.- Señor...-.

-Ania, me vuelves loco...-empezó a depositar varios besos sobre su intimidad mientras disfrutaba de como la mujer le agarraba del pelo- Déjame ser tuyo...

Ring, ring, ring

Un hombre de tez oscura, pelo negro en un mullet se levantó de una sentada en la cama con la respiración entrecortada.- Que demonios...ha sido ese sueño...¿Quién era esa chica? - es lo único que atisbó a decir antes de ver la erección con la que se encontraba esa mañana nada más levantarse por culpa de la chica de su sueño-

¿Ahora hay dos personas conectadas a través de sus sueños?

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2023 ⏰

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