Extra 1.

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—¡El piso es lava!

En cuanto Lisa gritó aquello, Yo me subí a la mesa mientras que ella y las niñas se subieron al sofá entre risas y gritos.

—¡Oh no!, ¡La lava derrite todo!, ¡Corran! —grité.

Las niñas gritaron y empezaron a saltar entre los cojines que Lalisa y yo habíamos regado por todo el suelo específicamente para el juego, seguidas por nosotras.

Durante uno de esos intentos, Lalisa pisó mal uno de los cojines, cayendo al suelo en un golpe no tan fuerte.

—¡Mamá! —gritó la pequeña Somi, hija de Lalisa y Chaeyoung. Iba a dar un paso fuera del cojín, completamente preocupada, pero Ella la detuvo.

—¡Somi, espera!, ¡Te vas a derretir también!

—¡Pero mamá...!

—Ya no importa, Somi. Vete. La lava ya me está quemando —en un gesto de dramatismo, Lalisa llevó una mano hacia su cuello y la otra la extendió hacia su hija—. Sálvate tú.

Cerró los ojos y sé movió como si estuviera convulsionado durante algún tiempo.

Yo ya había saltado hasta llegar con las niñas y cubrí sus ojos con mis manos, sería muy perturbador si vieran eso.

Y entonces... Dejó de moverse como pez fuera del agua y cerró sus ojos, sacando su lengua.

—¿Ya se murió? —preguntó Ella.

—Sí, o eso creo.

Quité las manos de sus rostros y Somi levantó ambos brazos hacia el cielo mientras gritaba.

—¡Nooo, Mamá!, ¡Te vengaré!

Ella río y la tomó de la mano, saltando ambas hacia otro cojín.

Tomé una sábana blanca y cubrí a Lisa con ella, agachando la cabeza y negando levemente.

—Adiós, vaquera —quité mi sombrero imaginario y sequé una lágrima —también imaginaria—.

Las niñas imitaron mi acción y nos quedamos en silencio durante algunos segundos.

De inmediato Jisoo y Chaeyoung aparecieron por las escaleras.

—¿Qué hacen?

—¿Y por qué tanto ruido?

—¡No, Mamá! —ambas niñas gritaron al mismo tiempo, asustando a Jisoo y Chaeyoung, quienes se detuvieron a un pie de bajar las escaleras.

—¡Si pisan el suelo se derriten!

—¿Qué? —ambas se observaron durante unos segundos, y entonces Jisoo le preguntó.

—¿No dijiste que habían acabado con los insectos la semana pasada?

—Sí, Lisa llamó al exterminador.

—Mamitas tontitas —rió Somi—. No se va a quemar por insectos.

—¿Entonces...?

—¡El piso es lava! —volvieron a gritar, saltando hacia otros cojines.

Jisoo y Chaeyoung me miraron, y sólo atiné a levantarme de hombros.

—El piso es lava —dije, saltando hacia el sofá.

—Bien, perfecto. Supongo que eso explica por qué están mis cojines y muebles regados por toda la sala —gruñó Chaeyoung, observando por toda la estancia—. ¿Y dónde está Lalisa?

—Muerta —respondió Somi.

Chaeyoung se atragantó con su propia saliva, Jisoo jadeó en asombro y yo reí ante sus reacciones.

Eyes┊JenSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora