7.

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Justo después de abrazarnos y las cosas cursis que siguieron, la madre de Chaeyoung y la novia de esta llegaron. La primera me había dado algunos besos y abrazos asfixiantes, demostrándome cuanto me extrañaba y lo mucho que me quería, sin embargo, no permaneció mucho tiempo en la casa, debido a que necesitaba hacer unas compras en el supermercado, así que se marchó, dejándonos a las tres solas y prometiendo que volvería para cenar.

La chica se había presentado como Lalisa Manoban, dijo que tenía la misma edad que Chaeyoung —solo era menor por un mes—, y que tenía buenas intenciones con ella, anteponiendo su felicidad a la suya y cosas así. Al principio me extrañó que me dijera esas cosas a mí, pero luego me explicó que, al parecer, mi amiga le había hablado mucho de mí y sabía que yo era como su hermana mayor, así que se suponía que yo debía aceptarla. Me eché a reír cuando me lo contó y le dije que estaba bien que salieran juntas y que no necesitaban mi permiso para hacerlo, aunque eso sí, nada de pasarse de listas conmigo presente; la risa de Chaeyoung me hizo saber que la chica estaba avergonzada y poniéndome seria le di la típica advertencia sobre no hacerle daño; cuando me prometió que eso era impensable para ella, me relajé completamente y tuve que darle la razón a mi amiga en una cosa. Ella era malditamente adorable y divertida. Un completo amor de persona.

Nos quedamos hablando toda la tarde y pude conocerlas mejor a ambas, Chaeyoung había cambiado un poco, pero en mi opinión no era malo. Era un poco más extrovertida y risueña de lo que recordaba... Ella parecía feliz y eso me alegraba infinitamente. 

Al menos una de las dos es feliz.

Horas después mi madre y la de Chaeyoung llegaron y nos dispusimos a cenar juntas. Al finalizar la cena tuvieron que irse, no sin antes prometer que irían a visitarnos a casa, y eso me alegró aún más.

Actualmente ya no me parecía tan divertido... 

¿La razón? 

Mi madre —como la buena persona que es—, les había contado a mis amigas que últimamente había estado algo decaída y triste —omitiendo la razón, claro está—, entonces ella tomaron al decisión de llevarme al parque porque creían que lo mejor era que saliera de casa y respirara aire fresco. Creían que llevándome allí me distraerían de mis problemas y todo estaría mejor.

Pero lo que ellas no sabían, era que ese lugar estaba lejos de sacarme de mi melancolía. No quería ir porque temía encontrar al problema justo ahí.

Temía verla otra vez.

Así que aquí estábamos. Todas sentadas en el sofá y los sillones, tratando de convencerme de salir de mi refugio.

—Por favor, Jennie. Tienes que salir de aquí, no es bueno para nadie estar encerrado tanto tiempo —dijo Chaeyoung, tomando mi brazo y dando algunos apretones.

—Anda, Jennie. No sé porqué no quieres ir, pero te prometo que no dejaré que nada te suceda. A ninguna de las dos —Lisa —como ella quería que la llamáramos— apoyó a su novia, tomando mi otro brazo y apretándolo de igual forma.

—No quiero ir —me negué.

—Anda, hija. Tus amigas solo quieren lo mejor para ti. Y han venido desde tan lejos para verte.

Oh, no. No uses ese chantaje emocional conmigo, madre.

—¿Por qué no quieres ir? —me preguntó la madre de Chaeyoung.

—Solo... Solo no me gusta ir al parque, es todo.

—Oh vamos, Jen. Será divertido —insistió Chaeyoung—. Podemos caminar un poco y comer helado, sé que te gusta. 

Eyes┊JenSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora