1

269 13 4
                                    

Era el comienzo del año escolar, y mi mejor amiga se había cambiado de colegio. No es que sea tímida solo que simplemente soy algo reservada; intentó ser una persona de lo más honesta y sencilla, quiero que mi nombre Vanessa Aguilera no sea una nombre olvidado en la mente de las personas.

Era odioso despertarse cada mañana y que te hablen para pedirte la tarea o para pedirte prestado un lápiz. Querer hablar con la persona de tu lado y que te mirara con una cara como diciendo: "Y esta quien se cree que es para hablarme". No estaba sola -eso me mantenía en pie- tengo mis amigas en el otro curso y uno que otro profesor que se preocupaba por mi, al menos eso creo.

Una martes, a las ocho de la mañana entra la directora a mi curso con la noticia que me voy a ir al otro curso, es decir, al paralelo. No había mejor noticia para mi, alejarme de esa gente que un día pensé que eran mis amigos, que sólo me hablaban por interés, aunque tengo que admitir los nervios que tengo al estar ahí, los demás serán igual que ellos?, me tratarán así?, podré caerles bien?, millones de preguntas se me pasaron por la mente, estaba feliz porque conocía a dos amigas, una de ellas era Gloria Meyer, la mejor cantante de todo el colegio, aquella persona que se así respetar, que con ella podría tener la confianza de todas, que todos los día lleva en su mochila una cepillo para que el viento no la despeine. Y Lucía Aubin, la persona más buena que pudo haber, te escuchaba atenta cada cosa que tenía que contarles y más divertida de todas, y sus lentes, Ahh... eran muy bonitos al igual que sus crespos.

No tarde más de un mes en adaptarme a ellos y que ellos a mí. Creo que entré en confianza ya que al hablar notaba que no estaba siendo criticada. En mi mente tenía una alarmar que sonaba cada rato: está siempre atenta, que algún día ellos cambiarás o tu cambiarás!

Sigo manteniendo contacto con Ana Antelo mi mejor amiga, no como antes que cada rato una tenía un mensaje en de la otra, nos juntábamos de ves en cuando, nuestro mayor sueño fue que para vacaciones de invierno viajáramos a Disney, en Miami, contábamos los días para que llegarán. En Bolivia para esas fechas, junio y julio, es invierno y en Miami es verano.
Mi madre es la persona más buena de todas, ella me a apoyado en momentos en la que ni Ana pudo, me hizo una fiesta para mis quince años, un vestido rosa corto lleno de perlas y unos tacos de quince centímetros como mínimo, aún no se cómo pude aguantar toda la noche con ellos. Además de pagarme el viaje con ella, me hizo una sesión de fotos de infarto! Con el mejor fotógrafo del país, nada barato, pago diez mil dólares por treinta fotos aparté el maquillaje y el peinado. Ahora sueno farsante pero estoy más feliz que cuando encuentro chocolate en mi nevera.

Quien creía que erasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora