Capítulo 9

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•Narrador omnisciente•

—Hay bebés que nacen solo con ocho meses —comenta Ryouma  dejando de leer su libro, mirando a su pareja.

—Lo sé —responde sin mucho interés leyendo un diccionario.

—Si sientes que el bebé se acerca... —se acerca al rubio con cuidado arrastrándose por el sofá —, no dudes en avisarme, iremos al hospital lo más pronto posible —le sugiere angustiado.

—Ryouma —baja el diccionario, mirando al nombrado con incredulidad—. El doctor dijo que mi embarazo es perfecto, saludable y ya programamos la cesárea, no tenemos de que preocuparnos, tontito.

—Ryouma tiene razón —concede Rei que se cruza por la sala con la cena en una cacerola—. Es muy normal que los bebés nazcan de ocho meses así que no podemos descartar esa posibilidad.

Esta vez Izumi no responde, mira hacia un punto de la pared como si fuera la respuesta a todos sus problemas, pensando en lo infinitamente angustiado que se encuentra.

Ya iban dieciocho semanas y media, siete meses, apenas iniciaba el octavo.

La barriga del menor estaba en su punto, parecería hasta deforme de lo delgados que eran sus brazos en comparación.

Los enamorados y Rei se sentaron a cenar, sin el hermano mayor de Izumi quien se encontraba en una tanda de conciertos en corea. Volvería en menos de dos semanas. Mientras Rei vivía con la feliz pareja, tanto como para no pagar alquiler como para cuidar al vulnerable Izumi.

—Ya extrañaba verte con anteojos —comenta de manera aleatoria el mayor de la mesa.

Izumi solo sonríe, vuelve a su comida y su expresión cambia a una de desilusión.

Sigue ahogado en sus pensamientos.

La vida de la bebé, en este momento le importa más que nada, más que su vida, más que cualquier cosa.

Sabiendo que la mesa cubre su movimiento, con cuidado, con el cariño propio de un padre, con la delicadeza de una primera caricia sobre la piel virginal y frágil de un recién nacido, acaricia su vientre.

Se hace la promesa de cuidar por siempre, el fruto de amor que habita su vientre, por siempre y sin importar nada.

Terminada la cena todos se retiran a sus respectivas habitaciones.

Ryouma se encarga de apagar las luces de la habitación que comparte con el futuro padre.

En la intimidad que brinda la oscuridad Izumi se da el lujo de soltar una sutil lágrima de estrés.

—Me da miedo que salgas de la cama— confiesa Ryouma acostándose en la cama.

Izumi suelta una risa sincera, corta, pero verdadera.

—Si me traes el desayuno a la cama consideraré quedarme más tiempo en la cama —suena más a orden que a sugerencia.

El actor más experimentado se las arregla para abrazar a su novio por la espalda, sus manos acarician el vientre del contrario, con dulzura mientras besa la nuca ajena.

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⏰ Última actualización: May 03, 2019 ⏰

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Sweet miracle~ (Love Stage) M-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora