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Joaquín despertó otra vez con la casa en silencio, su hermana no estaba y mucho menos sus padres, parecía que últimamente ambos estaban teniendo problemas, lo que se reflejaba en la tristeza de los ojos de su hermana.

Después de desayunar y quedarse viendo la tele unos 40 minutos en lo que terminaba A Walk To Remember, decidió bañarse y cambiarse. Sabía que Emilio estaría con su familia hoy, se lo había comentado. Así que él estaría solo en casa por un buen rato hasta que al menos su hermana regresara.

"Me aburro :(" decía la notificación que acaban de llegar a su celular, sonrió pero no contestó. Conocía a su novio, si le contestaba se la pasaría el en el celular en lugar de estar conviviendo, por lo que solo bloqueó el celular.

Esperar a que dieran las 6:00 pm para el regreso de su hermana estaba siendo eterno, apenas eran las 11:30 am y ya se sentía más que aburrido, tampoco era como que su hermana y él hablaran mucho. Estaba en la edad de la rebeldía, según su mamá, por lo que apenas y le hablaba ya que su vida se había vuelto en torno a salir con sus amigos.

—Nunca creí decir esto, pero es hora de hacer el quehacer.— Se dijo frente al espejo del baño. Era con lo que decidió entretenerse.

Se llevó unas dos horas y media limpiando, se había dado cuenta que su cuarto lo tenía hecho un desastre, todas sus cosas por todos lados y gran parte de estas con polvo. Ahora entendía porqué su hermana se enojaba cuando agarraba ropa suya y estaba hecha "un asco".

En forma de disculpa lavó y acomodó un poco el cuarto de su hermana, no tocó más allá que las cosas exteriores. Dejándolas en el mismo lugar que ella las tenía, a excepción de una figurita que Joaquín le había regalado: un pequeño oso. Lo puso al lado de su cama con un chocolate, para que supiera que él había estado ahí.

Su celular sonó cuando dieron las 3:30 pm, era una videollamada de Emilio.

"¡Amor! Al fin soy libre, mira lo que te compré" Mostró una pequeña alcancía de cerdito.

"Está hermosa, ¿cómo te fue?" Preguntó en lo que subía las escaleras para poder acostarse un rato. Emilio le comenzó a contar sobre los grandes chismes que su familia soltó en la comida, una que otra pelea y como él y su hermana habían puesto salga en el postro de todos para que dejaran de hacer sus dramas, Joaquín solo reía.

"Me hiciste falta, amor. Fueron unas horas que sentí eternas, no puedo vivir sin ti." Hizo un pequeño puchero, Joaquín le mandó un beso.
"También debes pasar tiempo con tu familia, pero no te preocupes, yo siempre estoy contigo. Te amo"

Hubo un pequeño silencio, nunca había dicho esas palabras en voz alta, solo por mensaje. No fue un silencio incómodo, más bien fue un silencio cómodo. Ambos solo sonrían a la pantalla de su celular, no dijeron nada hasta que Joaquín decidió hablar.

"También te amo, mi vida"

Dieron las 7:00 pm. Ambos seguían hablando, pero la voz de Ren hablando por teléfono hizo a Joaquín despedirse de su novio, por mucho que quisiera al contrario, para él pasar tiempo con su hermana era hermoso, era lo que más amaba en su vida.

—¡Reeeeen! — Gritó, su hermana seguía hablando por teléfono mientras abría el refrigerador. Por los ingredientes en la barra de la cocina supo que se haría un choco milk con unas sincronizadas: la mejor combinación.

Sonriente empezó a ayudar preparando en un plato la primera sincronizada, por el ruido Ren volteó. Joaquín alzó la vista ante el silencio y sonrió.

—Joaquín. — Susurró su hermana sonriente. Su llamada pasó a segundo plano y se acercó para estar con él.

—¿Cuántas quieres? Voy a tomar el puesto de chef el día de hoy.— Le guiñó un ojo, su hermana puso el altavoz de la llamada para estar en la barra.

—¿Una o dos? — Preguntó. Joaquín mostró dos dedos al mismo tiempo que la amiga de su hermana decía la misma respuesta que él. Ren sonrió y comenzó a hacerlas.

Joaquín hacía unas para él mientras veía a su hermana platicar sobre varias cosas en el teléfono, no quería interrumpir ese momento, mucho menos por la cantidad de chismes que estaba escuchando. Sentía que ya conocía a todos y odiaba a los mismos que las dos chicas decían odiar.

Cuando su hermana por fin colgó, ambos pasaron al sofá para continuar con su maratón de Friends. Al principio se concentraron en comer sin preocuparse por nada más, fue hasta que terminaron que la sala comenzó a inundarse de risas y de comentarios sin sentido sobre la serie. Simplemente era un momento de hermanos, a pesar de que Ren parecía enfocarse mas en lo que hacía Joey en los capítulos que hacerle caso a su hermano.

Sin darse cuenta habían estado viendo la serie hasta las 3:00 am, solo se dieron cuenta de eso cuando su mamá llegó a casa. No les dijo nada más que un "a dormir" y desapareció en la oscuridad de su cuarto. Ren apagó la televisión y se fue, Joaquín todavía se quedó un rato en la sala a oscuras, esperando escuchar algo que le respondiera a la pregunta que tenía en su cabeza "¿y papá?", respuesta que fue contestada con el llanto que provenía del cuarto de su mamá.

Suspiró y se fue a dormir.

Al día siguiente, después de la escuela, se sorprendió de ver a Emilio afuera. Estaba platicando con unas amigas, incluyendo a Azul y a Niko y Diego, un chicos que se habían ido de la escuela hace unos meses y unos de sus escasos acompañantes al viaje que había hecho con Emilio.

—¡Hola! — Gritó llegando, Emilio saltó del susto. Igual vio el rostro de sus amigos asustados, los cuales después reflejaron unas pequeñas risas.

—Tremendo susto. Aguanta que soy de corazón débil.— Dijo Maff fingiendo llorar. Haciendo a los demás seguir riendo.

—Amor, había pensado salir todos juntos ¿qué opinas? — Preguntó después de tantas risas Emilio. Joaquín hizo una pose pensativa ante las miradas intensas de sus amigos.

—Culo si no.— Amenazaron Niko y Maily al mismo tiempo.

Ante eso no podía meterse, era la madre de todas las amenazas, así que tuvo que aceptar aunque su madre no hubiera dado señales de viva a contestar sus llamadas y mensajes pidiendo permiso.

Como buenos estudiantes de preparatoria que aún dependían de sus padres fueron a comer juntos a la comida rápida de una plaza mientras contaban si les alcanzaba para entrar al cine. Después de rebuscar en sus mochilas, carteras, pantalones, chamarras: les alcanzó.

Metieron los nuggets y papas que les quedaron en un topper de Niko y se fueron al cine.

—Yo los compro, vayan a formarse para lo demás. — Anunció Azul con una sonrisa. Cuando estaban listos para irse, la chica tomó la mano de Maily y le dio dinero. —Es lo que sobra.— Susurró.

Emilio vio a su novio, podía notar la tristeza reflejada en su rostro a pesar de estarse burlando de los demás por pelear sobre Detective Pikachú. Sin pensarlo dos veces tomó su mano para que supiera que estaba ahí, Joaquín acarició su mano con su dedo gordo y sonrió.

—¿Cómo van las cosas con tus papás? — Le preguntó susurrándole. Joaquín se pegó más a él para que fuera un momento más privado.

—No tengo idea. Anoche mi mamá lloró casi toda la noche, quería ir con ella pero está guardándose todo. Me ignoró cuando antes de acostarme le pregunté si estaba bien, supongo que se divorciarán. Llevan meses así. — Suspiró. Emilio solo pensó en acariciarle el hombro con su mano libre sin decirle nada. Joaquín solo lo necesitaba a su lado para sentirse querido.

—Cualquier cosa sabes que aquí estoy y estaré siempre. Pase lo que pase, incluso si el destino nos hace terminar. — Besó su mejilla varías veces, haciéndolo sonreír.

—Lo sé, y yo para ti.  Pase lo que pase.

—¿Qué vamos a hacer? — Preguntó Diego. Él y Niko estaban en el baño mientras ya los demás estaban en la sala.

—No creo que sea el lugar indicado para hablar de esto. — Agarró un poco de papel para secarse las manos ante el rostro decepcionado de su amigo.

—Vamos a tener que hablar de esto en algún momento ¿sabes?

—¡Lo sé! Pero no ahorita en un maldito baño. — Lanzó el papel al bote de basura con furia. —¿Qué tanto me miras? Después de todo haces las cosas sin pensarlo, por eso estamos así. Fue tu culpa. — Y salió del lugar.

un año - emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora