☆CAPITULO 2☆

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~°• Más problemas se avecinan •°~

Una vez salimos del comedor nos dirigimos al patio trasero que, por fortuna, estaba vacío

- Bien, aquí nadie nos escuchara - Ann vigilo por última vez de que nadie estuviera alrededor, viendo que no, hizo una señal de aprobación.

- ¿Qué está pasando? Chicos, me están alterando - Bonnie se pegó a la pared que había ahí, se cruzó de brazos para calmar sus nervios.

- Tranquilo, no es... Nada malo - aparté la mirada y rasque mi brazo, tomando valor para lo que diría - Veras Bonnie, yo.... No soy quien crees que soy... -

- ¿A qué te refieres? - Me miro algo incrédulo, yo aun tenia los nervios a flor de piel.

- M-Mira... Y-yo... - No sabía cómo decirle la verdad, tomé aire y empecé por algo simple - ¿Tú sabes quienes fueron los Fazbear? -

- Obvio que sí, su caso sigue sin ser resuelto, dicen que fue suicidio después de la muerte del señor Fazbear – aquello me incomodo más, Ann noto aquello y se me acerco, colocando una mano en mi espalda para darme apoyo.

- Bien Bonnie, puede... Que no me creas al inicio, pero... - Podía escuchar mis propios latidos, estaba empezando a sudar, mas ya no había de otra salida – Soy Freddy Fazbear, No Freddy Britch...

--- Am, Freddy... ¿Es... Broma no? Tu mamá debió de ser fan de los Fazbear para ponerte el nombre del hijo de ellos – dijo incrédulo el peli morado, pero al notar la cara de su compañero su sonrisa se borró.

--- Sabemos que es repentino Bonnie – dijo la rubia – pero necesitas estar al tanto de todo... Debes saber la verdad, tras la historia de la familia Fazbear.

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¿Cómo comenzar esta historia? Una familia que vivía su vida de fama, como una familia de simples recursos, no osaban el presumir de su gran fortuna, eran gente humilde que gozaba de una vida tranquila, en una casa pequeña dentro de una bella colonia. Un padre amoroso que cuidaba a su esposa y aquel pequeño niño del cual hacia sus días más brillantes.

Jamás dejaban a alguien de lado, si ellos podían apoyaban con lo que pudieran, sea desde lo más mínimo como regar unas plantas hasta algo tan grande como apoyar a gente necesitada. Podrías decir que solo era una mascara para ocultar la mala cara de la moneda, incluso que es algo tan absurdo, pero aquella familia lo hacía de corazón y no por apariencias.

Llegaban a darle empleo a las personas que eran ignoradas en la calle, logrando que esas personas lograran una mejor vida en aquel mundo; nunca había peleas, todo se resolvía con una plática, dejando en claro los puntos del tema y buscando una solución a ellos.

"La mejor familia que pudo existir" pensaba el pequeño castaño, sentado en el regazo de su madre mientras esta le contaba bellas historias antes de dormir, mientras su padre llegaba para darles un amoroso abrazo.

El trabajo era un punto importante también, su compañía crecía y crecía hasta llegar a ser solicitada en casi todas partes del país, cargando de trabajo a aquella familia, pero sabían sobrellevarlo. Y el pequeño no se molestaba con ello, le encantaba aparecer en la televisión, sabiendo que ayudaba a personas para que la gente fuera con ellas. Una mente inocente...





























No Me Dejes [Frededdy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora