Eres un Idiota

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No es que no hubiera tomado en cuenta el horario que Midoriya le había aconsejado, y tampoco es que le tuviera miedo, de hecho, ella fue de las pocas personas que no le tenía miedo, pero si temblaba de nervios era por qué el respeto hacia Bakugo estaba jugando a su contra, pues aunque ya no era la misma universitaria ingenua y fácil de impresionar, tanto él como Midoriya, representaban la figura del chef que ella hubiera querido ser, la élite de París.

Se suponía que para el medio día, ya debería estar en el apartamento de Bakugo haciendo el trato, pero tras unas horas arrepintiéndose de su estúpida decisión de ir sola, y de no traer consigo un traje sastre, al final, Uraraka terminó saliendo alrededor de las 4, usando una camisa blanca holgada, jeans oscuros, tacones negros altos y su gabardina palo de rosa.

De camino al departamento del rubio, fue inevitable no toparse con las boutiques de chocolates y pasteles parisinos, y con uno que otro colega; aunque sus conversaciones y degustación fueron breves, eso, terminó prolongado su viaje, llegando al cuarto distrito alrededor de las seis de la tarde.

Aunque el follaje de un árbol cubría parte de los primeros pisos, el diseño normando de la construcción daba la apariencia de ser un lugar cálido, muy suave para alguien como Katsuki Bakugo, aunque no tan descabellado por lo silencioso de la colonia "Rayos" en cuanto percibió esto, pensó ella "este silencio jamás lo obtendré en New York, solo espero que eso, no arruine mi trato, espera..., Uraraka deja de pensar en tonterías ¿Qué pensara de ti si muestras esta patética actitud? Firme Uraraka, firme, eres un aliado fuerte, la dueña de Sweet Mochi" y tras soltar la tensión en un profundo suspiro, frente a la puerta, Uraraka puso su dedo en el timbre uno, dos..., Tres veces, pero aunque los toques fueron largos, las pausas prolongadas, y el ánimo en alto, al final, Uraraka no obtuvo respuesta por parte del chef.

Resignada por no tener resultados, Uraraka se dio la vuelta y de inmediato, comenzó a buscar en su bolso el teléfono celular para hablar con Midoriya sobre el fracaso de la entrevista, pero antes de continuar su camino, el sonido de la puerta abriéndose llamó su atención, volteando a ver de quién se trataba, fue entonces que apareció él, Katsuki Bakugo, el importante chef a quien ella había invocado.

Uraraka no sabía cómo reaccionar ante la inesperada aparición de Kacchan, pues su visión del chico era muy diferente a lo que estaba viendo. Aunque era consciente del atractivo del rubio, ciertamente, los años lo favorecieron, no solo se había vuelto más alto, atlético y varonil, si no que además, vestía traje sastre, un maldito y sofisticado traje sastre.

"Rayos, ¿Porque no compre un estúpido traje sastre? Sabía que debía comprar uno" soliloquio en silencio Uraraka.

Al reconocerla, con la mirada despectiva, Bakugou se acercó a la congelada Uraraka, mirándola silenciosamente de pies a cabeza, y después de chasquear la boca, con la mano, le indico que lo siguiera, abriéndole la puerta para que entrara en el edificio.

Un incómodo silencio invadió el pasillo al subir las escaleras; mientras miraba de reojo la asombrosa figura del rubio, en su mente, Uraraka repasaba cada uno de sus movimientos ante el posible escenario, incluyendo las respuestas que diría si Bakugo le reclamaba por haberse llevado a Kirishima, pero al estar divagando, accidentalmente se estrelló contra la espalda de Bakugo cuando este, se detuvo frente a una puerta, ganándose la mirada enojada del rubio.

Luego de disculparse con él, Uraraka agachó la cabeza esperando el golpe del chef, pero milagrosamente, Bakugo solo chasqueó la boca, indicándole con la mirada que entrara al departamento.

El lugar tenía un estilo sofisticado y una limpieza inmaculada, donde el color verde oscuro y naranja armonizan perfectamente con los refinados muebles de cedro oscuro y la espléndida cocina profesional.

Sweet Mochi [Kacchako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora