El fallo es mío.

0 0 0
                                    

Me enamoré de ti como nunca lo hice de nadie.

Sentía cómo mi respiración se agitaba y mis dedos temblaban cuando recibía un mensaje tuyo.

Siempre me gustó escribirte y que me leyeras. Nunca te enfadaste conmigo por muy malo que fuera lo que te confesaba, nunca me dijiste ni una sola mala palabra.

Escuchaste todas las agonías que compartí contigo y me abrazaste y besaste cuando lo necesitaba, cuando todavía podía decirte que en tus brazos estaba tranquila, segura.

Duele pensar que tus fuertes manos  ya jamás volverán a enjugar mis lágrimas.
Es irónico que muchas veces de las que me consolaste no sabías que estaba mal sólo por ti.

Reconozco que aún no quiero aceptar la realidad de que te has ido.
Siento que me faltan cosas a mi alrededor, que me faltan motivos para seguir, que me falta el propio aire.

Hace ya tiempo que suspirar se ha vuelto más normal que ser feliz riendo.
Extraño demasiado como éramos, nuestras bromas y momentos, nuestras despedidas y encuentros, nuestras inconfundibles risas sonando al unísono cuando hacíamos un chiste malo.


Mi amor, te juro que aún te amo.

Cada día que pasa es un poco más doloroso que el anterior. Mis ojos se han quedado ya sin lágrimas de tanto llorar por tu ida.


Me cuesta creer que lo que un día construimos, hoy está derruido y hecho polvo.

Sinceramente me duele más de lo que parece que no pueda darte los buenos días como siempre lo hacía.

Inclusive, ya no tengo motivación de seguir redactando. Supongo que mis energías se fueron contigo.

No tienes culpa de
que siempre esté así, el fallo es mío...

...Por no olvidarte cuando debí hacerlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 04, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lo que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora