Desperté y miré al ventanal de mi habitación, tenía una vista bellísima al lago y el bosque haciendo un perfecto contraste con los rayos del sol, ese viejo puente rojo de tren se veía a lo lejos.
Ya habían pasado dos semanas después de inicio de clases y seguía una rutina monótona... Lo mismo de siempre. Jamie me lleva todos los días a la escuela después de mi pequeña aventura, Matt y el ya no compartían tanto como antes, Allison lo tenía hipnotizado, pero siempre me cuidaba, sin importar que. Mientras tanto yo pasaba los días concentrada en la escuela, y durante las tardes devoraba cada libro de la biblioteca que papá había tenido una vez, Jamie salía muy seguido con sus nuevos amigos, y mamá había tenido un viaje de negocios a Los Ángeles, lo cual indicaba que no volvería en un par de meses.
Sí, la casa era más sola de lo habitual, y su tamaño no era de mucha ayuda, solo estábamos mi fiel compañero canino y yo.
-¿No te levantaras?- pregunto Jamie sacándome de mis pensamientos
-¿Y ese milagro que estés levantado tan temprano?
-Hoy hay partido, Matt y yo desayunaremos juntos para planificar las nuevas jugadas,¿quieres venir?- pregunto sentándose en la orilla de mi cama
-No quiero interrumpir, aparte no sé nada de football- dije volteando mi cuerpo al lado contrario a Jamie
-Vamos Leen, tu muy bien sabes que no hay suficientes libros en esa biblioteca para mantenerte aquí todo el día- se recostó en mis piernas- Eileen, sé que es difícil empezar de nuevo, en un nuevo lugar, pero ya llevas dos semanas así, no sales y solo te encierras a leer, haz amigos!!
-Bien...- gruñí levantándome de la cama- Pero deja me visto!!
Jamie salió de mi habitación a empujones míos. Me dirigí al baño y me dí una ducha rápida, al salir me coloqué mi ropa interior y una crema hidratante en el cuerpo, el día estaba soleado, por lo cual decidí usar un vestido primaveral azul y lo acompañe con mis converse blancos. No tenía ganas de hacerme un peinado elaborado, así que solo alce mi cabello en una coleta alta, aplique un poco de labial y máscara de pestañas, estaba lista.
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-Vaya!, Pensé que jamás nos iríamos!!- escuché a Jamie hablar desde la cocina
-Lo bueno toma tiempo hermano- le dije empujando su cabeza dirigiendome a la puerta
-Sin duda eres vanidosa- ambos soltamos una carcajada y subimos al auto
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Era fin de semana y muy temprano aún, en el pueblo no había muchos locales abiertos, y solo "La cabaña de Sally" está abierto. Amaba el aroma de ese restaurante, siempre olía a café y waffles calientes, te hacía sentir en confianza.
-Pero que bonita forma de empezar el día- escuché decir a alguien a mis espaldas, era Matt
-Buen día buen señor- dije con una reverencia- el se sentó en frente de mi y de Jamie
