Parte 1

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-        -  Navidad, Navidad, dulce navidad. Qué lindo nos quedó el arbolito – cantaba alegremente Himchan, mientras terminaba de adornar el árbol de navidad de B.A.P

-        -  Himchan hyung parece muy feliz hoy, ¿no crees Dae? - preguntaba Youngjae mientras revisaba su correo en la computadora, a su compañero Daehyun mientras este salía de la cocina luego de engullir un pan tostado con mermelada

-        -  Creo que es por la fecha, además es mejor que este así de loco cantando, que todo deprimido por no poder pasar las fiestas con su familia

-        -  A mí también me gustaría ir con mi familia (suspiro)

-        -  Igual yo, pero no podemos hacer nada Jae, tenemos muchas actividades aun en estos días. Pero alégrate, me tienes a mí a tu lado (besa su mejilla)

-       - Solo por eso soy feliz (sonrojándose)

Ambos chicos demostraban lo mucho que se querían, abrazándose y susurrándose uno al otro, lo que no sabían es que cierto pelinegro los miraba con ojos de envidia y tristeza. Himchan quería pasar fiestas decembrinas con su familia, sentía la necesidad de verlos y sentirse querido, algo que últimamente no sentía estando con los miembros del grupo o más específicamente, con el líder, Bang Yongguk

-        -  A ver a ver, dejen de estar de empalagositos y mejor ayuden a poner la serie

-         - Ya Himchan hyung, lo que pasa es que te da envidia, porque a ti no te apapachan así

-          Sshhh, Dae, no seas tan malo con hyung – Youngjae, era el más perspicaz del grupo por lo que había notado el alejamiento por parte de Bang, no solo con Himchan sino con los demás miembros también. Pero él era el único que sabía los sentimientos que Himchan arrastraba consigo, él descubrió que su “omma” estaba enamorado de Yongguk. No es que Youngjae lo hubiera querido, todo fue por casualidad.

Un día, después de las actividades diarias y al regresar al departamento que compartían los seis matokis, cansados se encaminaron a sus respectivas habitaciones, sin embargo, Himchan no lo hizo, si estaba cansado, pero era más su emoción por preparar la sorpresa que llevaba planeando para Yongguk, desde hacía ya varias semanas. En secreto Himchan había practicado una receta de un pastel que aseguraban expertos chefs, al dárselo a probar a su ser amado, este caería en la dulzura del amor y aseguraría que este le correspondiera. Obviamente, todo era más mercadotecnia que nada, una forma de hacerle creer a la gente que, por medio de los más caros ingredientes, podía conquistar lo que quisiese o a quien quisiera, claro estaba, todo era para vender dichos ingredientes. Pero la desesperación de Himchan por hacerle saber a Yongguk de sus sentimientos, le nublo la mente y lo llevo a creerse todos y cada uno de esos engaños televisivos. Esa noche, se puso a cocinar ese “grandioso” pastel, no había pensado la razón que daría a los demás de dicha obra, solo le importaba que Yongguk lo probara y al hacerlo le transmitiera el cariño, aprecio y amor que sentía por él. Bueno, ¿cómo entra Youngjae en la historia? El matoki amarillo había llegado tan cansado que de inmediato se acorruco en su cama, siendo transportado rápidamente al mundo de los sueños, pero cerca de las 3 am, sintió la necesidad de levantarse para ir al baño, salió al corredor más dormido que despierto y aun dándose uno que otro golpe con los muebles del departamento, llego a su destino. Al ir de regreso a su tan amada y deseada cama, se dio cuenta que la luz de la cocina estaba encendida, la curiosidad lo guio hacia esa habitación y casi en susurros escucho hablar a Himchan. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, camino de regreso a su cuarto, miro a la cama contigua, al ver a su compañero dormido con una pierna de fuera, la sonrisa volvió a aparecer pero más marcada que antes. Entendía a Himchan, ambos compartían ese sentimiento hacia uno de sus compañeros. Esperaba que su comandante fuera correspondido como él lo había sido.

Confesión en Navidad (Banghim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora