Antes que nada, gracias a quienes se tomaron el tiempo de leer esta corta historia y en especial a aquellos que me dejaron un comentario. Nos estaremos viendo en mis otras obras. Iquichan
Poco a poco la depresión de Himchan iba disminuyendo, se le notaba el rostro un poco más feliz, su energía volvía también, pero la situación con el líder no mejoraba. Bang había vuelto a hablarle como antes, le pedía opinión sobre cosas del grupo, sobre sus canciones, cosas que hacían como los amigos que eran. Himchan tomo esto como una señal de darse por vencido y seguir su relación con Bang como antes, los mejores amigos, casi hermanos. Cansado de ser el único en sufrir, decidió olvidarse de sus sentimientos, tomarlos y echarlos por el inodoro.
Decidió borrar todo sentimiento hacia su líder. Himchan volvió a tomar el papel de “omma”, los desayunos por la mañana regresaron, los regaños por no ducharse rápido, por no arreglar su habitación, por no dejar por un rato los videojuegos, todo eso volvió. Y aunque no quisieran aceptarlo, lo extrañaban, extrañaban a ese Himchan odioso y mandón, amable y protector, jamás querían volver a ver al Himchan deprimido. Y él tampoco quería eso, pero, por mucho que fuera su esfuerzo, no podía dejar por completo, sus sentimientos hacia Yongguk. Quería descansar, alejarse, pensó que podría hacerlo en navidad, ansiaba que llegara ese día. Para su mala fortuna, sus planes se vinieron abajo cuando el manager les dijo que se cancelarían sus vacaciones, que actuarían en algunos programas y además debían prepararse para su próximo álbum.
Y es aquí donde volvemos al principio, después de terminar de adornar en improvisado arbolito de navidad, Himchan miraba por el ventanal, seguía suspirando, añorando el calor maternal, el consuelo de su hermana. No es que no quisiera a esos chicos, pero en esta fecha, luego de los malos momentos vividos, deseaba desesperadamente, alejarse. Observaba las miles de luces alumbrando la ciudad, “hermosa” se decía, la gente caminando por la blancas calles, en busca del regalo perfecto para sus seres queridos, una escena que quisiera apreciar cómo debía.
Cada miembro de B.A.P, deseaba lo mismo, no con tanto anhelo, pero sus pensamientos se encontraban con sus respectivas familias. Podían notar que a su comandante le había afectado más que a ellos. Intentaron de una y mil maneras subirle los ánimos. Zelo y Jongup se vistieron de reno y Santa Claus y cantaron villancicos, incluso en inglés. Daehyun le regalo su cheescake favorito, todos se sorprendieron ante el regalo, sabían que era un gran sacrificio para el vocal, Youngjae tuvo que prometerle una noche muy especial, para poder calmarlo, luego de entregarle a Himchan el postre. Himchan agradeció cada gesto que tuvieron los miembros, se daba cuenta del esfuerzo que ponían para que se sintiera mejor. Tratando de corresponder esas atenciones, decidió, preparar la mejor cena que pudieran, no espero a Yongguk ni al manager. Cogió su cartera y salió a comprar, los ingredientes necesarios para una cena perfecta.
Tan solo pasaron uno minutos, luego de la partida de Himchan, cuando Yongguk apareció en el apartamento. Los miembros al escuchar la puerta abrirse, salieron de sus habitaciones, se encontraban confundidos la ver a su líder, buscando “quien sabe qué cosa” por el apartamento. Al no hallar lo que buscaba, sonrió, lo que confundió aún más a los demás. Se acercó a ellos y comenzó a hablar…
Mientras, Himchan entraba al supermercado, ubicado a unas cuadras del apartamento. Con maestría y de meses de experiencia comprando la comida para los demás miembros, tomaba lo esencial para su cena. Paro en seco, cuando los paquetes de ramen, aparecieron frente a él. Se preguntaba si debía comprarle un poco a Yongguk. No tendría nada de malo, después de todo era su amigo, el mejor, nadie lo vería mal. Pero el recuerdo del asunto con el pastel, lo hacía dudar, no quería ser rechazado “indirectamente”, otra vez. Dejo el paquete en su lugar y siguio su camino. Una vez comprado y pagado todo lo necesario, se encamino de vuelta al departamento. Iba feliz, pensando en lo alegre que se pondrían los chicos al ver todas las ricas cosas que compro. Llegando a casa, se imaginaba la cara de los demás miembros al ver todas las cosas que había comprado, todos estarían maravillados, pero sabía que uno más que los otros, conocía el apetito voraz de Daehyun y quería darle algo agradeciendo lo de su cheesecake. Pero, como habrán notado en esta historia abundan los “pero”, lo que Himchan presenciaba estaba lejos de lo que había imaginado. Luces apagadas, silencio sepulcral, solo una pequeña luz tintineante, alumbraba tenuemente la sala