Entonces, una vez que ambos tomaron sus respectivas rocas, se dispusieron a entrar en la casa.
Temerosos, al no estar seguros de lo que encontrarían, dieron el primero paso a duras penas, pues el terror de encontrar algo horrible los carcomía por dentro, y más a Christian, quién previamente se había informado del tema.
Llegaron a la puerta de la casa, entonces, César no aguantó el miedo, y le dijo a su amigo:
-César- No we, no puedo, me da un chingo de miedo.
Entonces, ante esa declaración, Christian simplemente asintió con su cabeza y entro solo a su hogar. Avanzó por la sala hasta llegar a la cocina, y finalmente el comedor, desde donde se podía divisar el cuarto. Un olor repugnante llenaba la casa entera, era una esencia para nada agradable al olfato humano, era una mezcla entre materia fecal, orina, sangre y carne en un estado de descomposición avanzado.
Ignorando el terrible olor, entró al dormitorio y, en ese momento fue testigo de la escena más desgarradora, triste y horrible de su vida: vió como un hombre con ropa gastada, heridas notables, poco cabello y piel grisacea estaba devorando las entrañas de su madre gustoso, sin siquiera fijarse en que un nuevo individuo había pisado la habitación.
Se quedó paralisado del miedo y tristeza enorme, ver como un desconocido había asesinado y masacrado a su madre, además de que estaba comiéndosela en un acto de canibalismo simplemente es demasiado para un niño de 13 años.
No aguantó en romper en lagrimas, pero sus gritos atrayeron la atención de aquella criatura, y si quería vivir, tendría que correr, independientemente de los sucesos y las cosas que pasaban por su mente en esos momentos. Ahora, lo único importante era aprovechar esas descargas de adrenalina para 1 de 2 cosas: correr por su vida; o tomar la piedra, tirársela al individuo y esperar a que mínimo caiga desmayado. Eligió la primera, no tenía las agallas ni las fuerzas en ese momento para echarle una piedra al infectado, así que corrió como si no hubiese un mañana, tan rápido que ni el se dió cuenta cuando salió de su casa. Su corazón estaba en el límite, sufría dolores por las rápidas y altas respiraciones que supone correr así de rápido.
César se quedo atónito al ver como Christian había salido disparado como una bala del lugar, gritando por ayuda entre lágrimas. Pocas eran las veces que lo había visto llorar, pero esta era una excepción.
Segundos después de la salida de Christian de la casa, se podían escuchar rugidos de furia desde dentro de la casa. Entonces, de la puerta salió el ser que el chico había visto hace menos de 1 minuto, César en estado aún de shock, no tuvo más remedio que correr hacia su casa, y Daniel lo siguió.
Al entrar en el hogar del otro joven, César llamó a gritos a su madre.
-César- MAMÁ! ¡MAMÁ!
-Madre de César- Ay qué quieres?!
-César- Mamá ayuda! Llama al 911, la policía, los bomberos, el ejército, lo que sea!
-Madre de César- Qué te pasa?
-César- ¡Mira por la ventana!
Entonces, al retirar la cortina de la ventana que estaba junto a la puerta, pudo ver a un sujeto de más o menos 1.70 metros de altura, ropas desgarradas, la piel carcomida, poco cabello y que gritaba sonidos extraños. Además, pudo también reconocer a una figura que estaba corriendo por la calle del condominio, era el amigo de su hijo, quién también gritaba de miedo. Entonces, se peractó de que aquella criatura estaba persiguiendo a Christian.
En estado de shock, y sin decir una sola palabra, tomó el teléfono y marcó el número 911.
-Agente- 911, cuál es su emergencia?
![](https://img.wattpad.com/cover/186397945-288-k742491.jpg)
YOU ARE READING
Areditus: Apocalipsis zombie
General FictionEl primer día de clases después de las vacaciones de semana santa, en la escuela secundaria Manuel Gamio. Los alumnos están, como se esperaría de un grupo de adolescentes, aburridos y frustrados por el regreso a clases. Los grandes trabajos de recup...