Bleeding (Desangrándose) - The Vampire Diaries fanfic.

Tengo todo bajo control.

Narra Damon

Salgo de nuevo de los vestuarios y me dirijo al campo de fútbol para comenzar la clase. Veo que Matt viene detrás de mí, pero la chica no le acompaña. Cuando estoy comenzando a estirar con los demás, me giro y me quito el sudor de la frente y, acto seguido, me doy cuenta de que Elena está observando al grupo sentada en las gradas. Matt está a mi lado en este momento, así que me acerco a él.

-Qué atención nos presta tu chica.-digo mientras suelto una risita.

-¿Mi chica?- responde riendo.

Su respuesta me pilla con la guardia baja y se nota que no es la que esperaba.

-No es mi novia.-trata de explicar.

-Pensé que sí, siempre estáis juntos.

-Elena y yo nos conocemos desde siempre. Nuestros padres son amigos desde jóvenes y juraría que llevamos siendo amigos desde que nacimos. Elena no es como las demás, desde que la conozco solo la he visto estar con otra chica, Bonnie, pero tuvo que mudarse y Elena volvió a quedarse sola. Yo tampoco soy de muchas compañías, podríamos decir que estamos el uno para el otro desde siempre. Es como mi hermana, así que como la hagas algo…

No me hacen falta palabras cuando mi mirada está respondiendo sola.

-Que es broma, anda, Salvatore, no te enfades.- dice riendo mientras me da una palmadita en la espalda.

Ahora entiendo por qué Elena es así de repelente, parece que se le ha ido pegando durante todos estos años.

Veo que Matt se gira y le sigo con la mirada, hasta que se detiene en la mano de Elena agitándose para saludar a Matt. Este la dedica una sonrisa muy tierna; joder, nunca habría pensado que podría llegar a pensar que la sonrisa de Matt Donovan es tierna.

Suena el timbre que indica que la clase se ha terminado y me dirijo a las puertas del vestuario fijando la mirada en ellas y, de repente, me encuentro con un obstáculo en el camino. La mano de Elena, que está sobre mi pecho. La miro a la cara y está sonriendo.

-¿Qué, Salvatore? ¿Dices que Matt y yo somos novios?-dice Elena mirando a Matt y los dos se ríen.

-Eres un chivato, Donovan.

-¿Qué? Después de lo que te dije era obvio que se lo iba a contar.

-¿Algo más que decir? Tengo prisa.-respondo poniendo los ojos en blanco.

-No, adelante señor Salvatore, puede continuar su camino.-dice Elena mientras ella y Matt se colocan a cada uno de mis lados y hacen como una reverencia para indicarme que puedo continuar con mi camino. ¿Por qué son los dos tan insoportables?

Consigo llegar a mis cosas, me echo la mochila al hombro y camino hacia el aparcamiento para coger mi coche. Después de conducir unos minutos, llego al jardín de mi casa. Parece que hay alguien dentro. Abro la puerta y me recibe Stefan en el salón principal con un libro en el regazo.

-Hola, hermano. ¿Qué tal la clase de gimnasia?

-Ahora no puedo hablar. Primeras necesidades.-digo mientras tiro la mochila al suelo y subo a la segunda planta corriendo por las escaleras. Abro la puerta de la habitación del final del pasillo y ahí está, lo que necesitaba. Me abalanzo sobre ello y saco todo el beneficio. Cuando termino lo dejo en un rincón, salgo de la habitación y cierro la puerta. Sin duda, este es el mejor momento del día.

Bajo por las escaleras y en el camino me cruzo con Stefan. No nos miramos, cada uno seguimos por nuestro camino. Voy al sofá y me tiro en plancha poniendo una pierna sobre la otra. Consigo encontrar una postura de lo más cómoda cuando Stefan baja por las escaleras y me habla.

-Esta vez te has pasado.-dice recaído.

-Cállate imbécil, nadie te ha pedido opinión.-respondo prestando atención al televisor.

-Deberías empezar a tratarla mejor. Ya es bastante cómo te aprovechas, al menos valóralo.

-Sí yo lo valoro mucho, es mi favorita.-digo con sonrisa burlona.

-Hablo en serio, ya sabes que esto no es un juego.

-Tranquilo, tengo todo bajo control.-respondo con una mueca triunfal.

 Stefan resopla y sale de la casa.