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   Dio una ultima mirada a Jisung desnudo sobre su cama y salió de su departamento con la maleta del chico distraído del aeropuerto. No se demoró ni medio día haciendo llamadas y investigando cuando ya tenía toda la información del chico que lo dejó extrañado.

   Su nombre era Yang JeongIn, tenía diecinueve años cumplidos hace un par de meses, ciudadano de Busan, sus padres habían fallecido,estuvo en un accidente de transito hace dos años atrás junto a un hombre que falleció, pero el tubo la suerte de sobrevivir. El chico había estado en coma casi una semana y en cuanto despertó no sabía nada, solo hablar y reconocer algunas cosas, solo se encontraron sus papeles de nacimiento y el acta de defunción de sus padres, no se encontró a ningún conocido ni familiar, ninguna casa, nada, el chico solo había aparecido después del accidente. Luego de recuperarse, fue llevado a una casa hogar, en la que vivió hasta los dieciocho, comenzó a trabajar, arrendo una pequeña pieza durante un año y el día de ayer llegó a Seúl para "comenzar una nueva vida".

   Con la información que logró conseguir y aún con la duda de quien era realmente ese chico, se dirigió a lo que era su nueva y reciente residencia en Seúl. Entro como si fuera un visitante más para luego forzar silenciosamente la cerradura de la puerta del chico. Era una tarea más que sencilla si contabas con una cerradura antigua y un edificio sin cámaras, así como era ese lugar.

    Al lograr su trabajo se escabullo dentro del lugar observando frente a él un viejo sofá en lo que parecía ser la pequeña sala del departamento y sobre él un bulto cubierto con una manta. Se acercó para observar al chico y quedó prendado con un solo vistazo. El chico frente a él no era real, eso era lo que decía su mente solo porque era la conclusión más cuerda a la que podía llegar, sus facciones eran hermosas y angelicales, tanto que no debería existir en este mundo. Y luego se percató de la mano del chico que colgaba a uno de sus lados sujetando una rosa, igual a la que Chan y él encontraron en el bolso del niño.

  - ¿Este chico tiene un fetiche por las rosas?- se preguntó a si mismo en un susurro mientras se despabilaba.

   Se paró del lugar en el que había estado y continuo su busqueda dando con su objetivo en uno de los rincones de la sala. Intercambio las mochilas y con el mismo sigiloso silencio con el que entró, se despidió.

  - ¿Tu padre aún no ha llegado?- Minho preguntó a Hyunjin mientras caminaban por los pasillos de la gran mansión.

  - No. Estuvo un rato en casa y luego volvió a irse.

  - Al menos me encontré contigo y no con Chan. No estoy de humor para encontrarme con tu hermano.- los dos chicos rieron por el comentario de Minho.

   Hyunjin se adelantó un poco más y abrió las puertas de la oficina de su padre a la que entraron los dos. Minho dejó el bolso con el dinero recién recuperado sobre el escritorio para luego sentarse en uno de los sillones apostados en el lugar mientras el otro se dejaba caer en la silla de su padre.

   Suspiró, volteo un poco la cabeza y una rosa roja sobre el escritorio llamó su atención. Parecía tan familiar, como si la hubiera visto miles de veces antes, y entonces algo hizo click en su cabeza.

  - A mi padre no le gustan las flores- mencionó en voz alta llamando la atención de Minho quien volteó a mirarlo- ¿Qué hace una rosa aquí?

  - ¡Oh! Olvidé llevarmela- se acomodó en el sofá riendo- ayer Chan y yo la encontramos en el bolso equivocado.

  - ¿Qué? - preguntó Hyunjin aún sin entender del todo.

  - Tuve un pequeño problema en el aeropuerto y las maletas se confundieron-  levantó los hombros en señal de indiferencia- traje el bolso de un chico y ahí encontramos esa flor.

   Hyunjin la observo con más escrutinio, tenía el verdadero sentimiento de ya haberla visto antes, en otro lugar. Hay rosas en todas partes, se dijo a si mismo. Pero esta rosa en particular tenía algo totalmente diferente.

  - ¿Un chico guarda una rosa en un bolso?

  - Y hoy cuando entré a su departamento para cambiar los bolsos  dormía con una en sus manos- Minho río - me recordó a la bella durmiente.

   Hyunjin abrió sus ojos con asombro, cuando porfin los cabos comenzaron a atarse en su cabeza. Claro que la había visto antes, en sus sueños, en realidad, en la mayoría de sus sueños en los ultimos dos años. Y el chico que según minho parecía "la bella durmiente", también o al menos eso creía.
  
   Era el único sueño que en realidad disfrutaba, sin importar cuán repetitivo fuera y la incógnita enorme que dejaba en él. Porque era el único del que no podía arrebatar cosas de su mundo, en especial, esa rosa que traía entre sus manos, la cuál siempre y sin falta dejaba en las manos de un hermoso chico tendido bajo un árbol entre la hierba. Siempre lo encontraba dormido, nunca tuvo la oportunidad de congeniar con él porque era imposible despertarle, aún así disfrutaba mucho de contemplarlo.

  -Minho, tengo que pedirte un favor.


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⏰ Última actualización: Mar 25, 2020 ⏰

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