Josuke se hallaba comiendo un postre con el arroz que se hizo hace un par de días, le encantaba de alguna manera mezclar aquellos elementos que jamás se verían juntos por el mero hecho de crear algo exótico. Pensaba en su descanso sobre la vergüenza que pasó en el Morioh Hotel hace tiempo, ya no recuerda si habrán pasado unos 2 meses o unos cuantos días, pero todo el proceso para olvidar aquella situación era algo tardío y molesto, le dolía el dolo hecho de recordar lo mucho que lloró esas interminables noches y todas esas veces en las que, al tratar de ser calmado por sus amigos, terminaba golpeándolos de manera molesta, sin querer, pero demasiado fuerte como para hacer de que ellos le hablasen menos de lo usual, "dejémosle su espacio" propuso uno, "que se tranquilice, luego se le pasará" decía otro y así con todos aquellos con los que amaba, salvo su madre que, al notar a su pobre niño afligido lo contenía en sus brazos para cesar su agonía, donde sin saberlo se exponía a un poder mayor que ella con el poder de matarla fácilmente.
No recuerda la cantidad de tiempo que pasó a lo largo de toda su tragedia, pero sabía de que ya había pasado un largo tiempo y su mirada deprimida, lánguida y marcada por la pena se quedaba fija en el bol de cerámica que sostenía su cereal con leche, pero su mente divagaba en recuerdos de vergüenza, odio y pena tan ajena que sentía que su felicidad fue corrompida por alguien y no por que sus planes hayan resultado algo infructífero. Josuke tomó el desayuno con velocidad y desesperación, tragaba la leche con un atraganto próximo y unas ganas de toser por el nudo que se formaba en su garganta, agarraba el bol con fuerza en la punta de sus dedos mientras su vista se nublaba a costa de la prisa y la desesperación, pero sin saber lo que hacia comenzó a llorar ligeramente por uno de sus ojos, no por la idea de que estaba cometiendo un acto de locura, sino por el hecho de que cada musculo de su cuerpo estaba entumecido por los nervios, la pena y un poco por la confusión, haciendo que al terminar este tirase el bol hacia el piso con estrépito mientras su cuerpo se cernía en los temblores involuntarios.
Sus ojos buscaban respuesta en la loza manchada de leche y cereal, con la esperanza de explicar ese actuar tan poco convencional de sí mismo y resolver esos problemas que le quemaban el interior como si se hubiese roto su paz interior a causa de alguna acción, problema o acontecimiento que le marcó, pero tenía la certeza clara de que lo olvidaba de a poco con el pasar del tiempo y pasa esta situación. Josuke se agarraba la nuca mientras sus rodillas cedían por la falta de fuerza y la pérdida de su propia voluntad de mantenerse en cordura total ante este ataque, solo quería que se fuese lo más rápido para seguir su día. Pasaron unos cuantos minutos y su cuerpo se hallaba en posición fetal, inundándose en trozos de cereal y cerámica por todo el contorno de su ropa, pelo y rostro, llegándole a irritar sus ojos púrpura que se cernían en el color rojo de la irritación por tanto lloriqueo, haciendo que sus lágrimas se mezclasen con el triste intento de desayuno destrozado por todo el suelo de la cocina.
Josuke pensaba de que estaba bien, no quería sentirse mal de ninguna manera y estar de esta forma le confundía desde una rara perspectiva al causarle tanta pena algo que no incurría ya en sus recuerdos, pero pensaba por un momento de que pudo ser algo fuera de sus manos, como si alguien le hubiera jugado con sus recuerdos y ahora las marcas de algo anterior quedaran marcadas en su frágil y pálido cuerpo, como si se tratase de dos cosas distintas que conviven en un mismo lugar, completamente opuestos y de alguna manera completamente similares, siendo ecos de una realidad alterna por parte de ese sentimiento resonante a lo largo y ancho de sus huesos y, por otra parte, su mente divagante, perdida en algunos recuerdos mientras sus ojos empañados comenzaban a cerrarse.
"La oscura noche los cernía en el marco de la puerta de los HIgashikata, dondeJosuke abrazó a Jotaro con fuerza, ya que no quería que este se fuese luego de todo lo que hizo por él ese día, por lo que comenzó a acariciar su espalda con dedicación y algunos besos en el pecho con tal de provocar que cambiase de opinión mientras que el mayor, con poco esfuerzo, le decía a Josuke que debía ir a trabajar y que luego le compensaría todo luego para despedirse con un beso en la esquina de sus labios, queriendo mantener la idea de que le dio un beso normal de despedida en la mejilla, pero ocultando como mensaje secreto que pronto recibiría un beso más intencionado cuando se diese la oportunidad, lo que dejó al joven estudiante apoyado desde el marco abierto de la puerta viendo como su amor se iba a sus labores".
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[×Jotajosu×] Cuando me doy cuenta que el mundo se va a extinguir.
FanfictionLas manos tiemblan Los pensamientos tiritan El lapiz de un artista Los puños de un guerrero El amor de unos amantes Todos ellos son elementos usables en el juego de la mente, donde quien empuña su arma con mayor velocidad es quien gana, pero ¿Quien...