¡a ganar! : albalia, martia, julsbela

2- "la fiesta de la Julita"

-Marilia y Noelia- cuando la profesora dijo sus nombres las chicas se sonrieron. Luego de que cambiaran de sitio Noemí siguió anunciando los grupos del trabajo de geografía. -Joan y Miki... Marta y Sabela- se miraron sorprendidas, para luego sentarse juntas. -Alfonso y Carlos...

-¡Ay mi Carli!- se escuchó desde los asientos de atrás del salón.

-Maria y Julia...

-¡Ala!- exclamó ella

-¡Julita!

-Y Alba y Natalia.- terminó la profesora

Marta, Julia y yo miramos a Sabela, flipando.

-Yo les dije que me lo dejaran a mí

-Sabela te como el boquino, real

-Ey, ey, ey... Cuidaito con mí novia, eh...

Mientras sucedía esa conversación las pencas se abrazaron como si fuera el último día de sus vidas. Incluso Natalia levantó a la rubia.

Aunque claro, como mide dos metros más, digamos que mucho no le costó.

-Anda sageras'- me susurró Julia al oido

-Bueno chicos, pueden juntarse con su pareja y empezar el trabajo. La fecha a entregar será...

Nos cambiamos de sitio con Julia, ambas queríamos estar más cerca de la parejita.

Derrepente, entre el monólogo de la profesora, Julia y yo recibimos un papel.

"Es que serán tontas las albalia". Ponía.

-¿Quién fue?- le susurré a Julia, que era la que había recibido el papel

-No lo sé. Me han pegao' aquí- se señaló el hombro

Miramos para todos lados pero todos estaban enfocados en sus cuadernos o hablando con sus compañeros de equipo.

"Y ustedes también lo serán si no se han dado cuenta". Decía el segundo que recibimos

Volvimos a mirar, pero nada.

"Somos Marta y Sabela. Tontas" ponía en el último.

"Ahh, coño. Que nos habíamos asustao"

-Yo ya decía, ¿Pero quien mas shipea albalia? Que lo subimo al barco- rió Julia

"¿Pero las habéis visto? Si es que mas encoñadas no pueden estar" recibimos

"Ya, tía, ojalá se lien" le lancé el papel a Marta, ganándome una bronca de parte de Noemi, la profe de geografía.

-¡Villar! ¡Asquerosa! Dejé los papelitos y póngase a copiar, coño- yo me reí, sabía que no lo decía en serio.

-Si, señora- dije haciendo gesto de soldado. Ella rodó los ojos.

-Madre mía con la juventud esta de los cojones...

-Julia, ¿Me prestas un lápiz?- Sabela le guiñó el ojo, mientras movía un papel por debajo.

-Claro, Sabela. Toma- la de Cádiz le tendió el lápiz y la gallega dejó el papel dentro de su cartuchera.

-Gracias

"¿Julita tú no harás fiesta? Que falta super poco para tu cumple... Quizás pueden liarse allí."

Luego de leer el papel la morena asintió hacía Sabela, quién se sentaba detrás

-¿Qué haces, Medina? Siéntate bien, luego te morreas con Sabela a la salida

-¡Noe!- se quejó Sabela, que estaba totalmente roja

*

-¡Ay Alba! Lo lamento... Le he puesto crema a todos los fideos- la gallega intentaba apartar un pedazo al que no le haya caído crema, pero era imposible- Jo, espera... seguro algo salvamos.

-No pasa nada, Sabelita. Como algo luego

-¡No! ¡Claro que no!...- dijo mientras pensaba. Yo seguí poniendo los platos mientras Julia ponía cubiertos y Marta vasos.-¡Ya sé! Tengo dinero, dime que quieres y bajo a comprarte

-Que no. Ya comeré camino a casa

-¿No tienes pastillas, Albi?- preguntó la morena, que no se había enterado de nada

-No, se me han acabado el jueves pasado- hizo una mueca -... Y me he olvidado de coger unas nuevas

Natalia salió disparada bajo la mirada curiosa de Marta, Julia, Alba y yo. Sabela seguía intentando -o fracasando, mejor dicho-  en quitar la crema de la pasta.

La morena revolvió su mochila brevemente y sacó unas pastillas.

-Toma- le tendió las pastillas y la rubia la miro con cara de "watefac"

Todas las demás la miramos alucinando.

-Me acaba de explota' el cerebro- me susurró Julia

-Same- susurré

-¿Qué?¿Por qué mi miráis así?- preguntó Nat, quien no entendía el motivo de nuestra sorpresa y ya se estaba empezando a poner incómoda.

-¿Desde cuándo tienes éstas?- la pobre Alba seguía flipando.

-Desde el verano. ¿Te acuerdas esa vez que viniste a casa de mis abuelos, en Pamplona? Bueno... Pues te las dejaste y me había olvidado de devolvertelas- se excusó pobremente

-¿En serio?- preguntó Alba con una ceja alzada.

Natalia negó.

-Puede ser que suela tener unas por si acaso...- dijo con vergüenza, incluso llegué a ver un leve rubor en su piel.

-Jo, gracias por preocuparte por mí...- dijo la rubia mirandola de una manera putamente tierna

-No es nada

-Que si, que me hace muy feliz que tengas estos gestos

-Que no mujer- yo sonreí bajando la mirada a mi plato.-... que para eso están las amigas...

amigas...

amIGAS

¿ES EN SERIO, LACUNZA?

Uff respira María, respira. Que Nat lo notará

PUES QUE LO NOTE, A VER SI ASÍ  ESPABILA UN POQUITO

Vale, vale, ya me calmo.

Posé mi mirada en las demás.

Marta se había atragantado con el agua que estaba bebiendo y Sabela le tendía palmaditas en la espalda con cara de decepción. Julia me miraba con los ojos muy abiertos.

Incluso llegué a ver atisbos de tristeza en la cara de Alba, que ahora miraba a la pasta con especial interés, como si de una obra maestra se tratara.

-Ya, si... Para eso están- murmuró la rubia.

Lo siguiente que pasó fue uno- o el peor, podría decir- de los silencios más incómodos de mi vida.

-Poco se habla de que nos ha tocado juntas en el trabajo- intentó salvar Natalia

POCO SE HABLA DE COMO TE VOY A DEJAR LA PUTA CARA SI NO REACCIONAS Y TE LIAS CON LA RECHE, EH MORENA.

digo...

-Si, Noe se pasó...- murmuré

-Hey...- dijo Sabela luego de otro rato de silencio incómodo- ¿Que les parece mañana ir a la biblioteca? Así empezamos los trabajos